Santo Domingo.- «Después de esa desgracia yo vivo con vergüenza de salir a las calles, de ir a mi trabajo. Yo encuentro ese desgraciado y lo mato con mis manos. Eso me ha dejado nerviosa y traumatizada».
Así lo expresó con voz entrecortada y con la mirada fija al suelo Carmen Montero, nombre ficticio para proteger su identidad, al narrar al Día la experiencia que le tocó vivir la mañana del primero de marzo de 2015 cuando salía de su casa a su trabajo y fue sorprendida por un hombre que la violó y posteriormente la apuñaló.
Este es sólo uno de los casos que perturban la vida de los moradores del residencial Colinas del Arrollo ll, donde la delincuencia ha alcanzado niveles realmente alarmantes.
Los residentes en el lugar denunciaron que están cansados de ser azotados por bandas delincuenciales que mantienen la zona en un estado de terror e inseguridad, sin que hasta el momento la Policía Nacional actué para poner un alto a tales acciones.
«Aquí hasta los deliveri tienen miedo de llevar los pedidos a las casa por temor a ser atracados. A todos los han golpeado con palos y armas para quitarle el dinero. Nosotros estamos como presos en nuestras propiedades», expresó Ramón Bogar, administrador del colmado Las Colinas.
Según informaron se han registrado ocho robos en distintos apartamentos en este mes , lo que mantiene en estado de zozobra a los propietarios del lugar.
«Nosotros para salir de nuestra casa tenemos que hacerlo por parte para no dejar las viviendas solas por temor a los delincuentes», dijo Rosibel Travieso.
De su lado, Daniel Mojíca indicó que hay un azote tan descomunal, que los delincuentes se pasean a sus anchas, penetrando en hogares, escalando en azoteas y robando todo lo que encuentran a su paso sin importar hora. «yo mismo he sido víctima en varias ocasiones, situación que pone en riesgo la integridad física de mi familia”, agregó.
Atribuyen el aumento de la delincuencia a que el Banco Nacional de la Vivienda (BNV) les retiró la seguridad en el área , incumpliendo con lo estipulado en el contrato de condominio.
«El banco nos pintó sueños a todos nosotros, pero la realidad es lo que hoy estamos viviendo, un infierno. Lo que estamos reclamando es que la Policía envié patrullaje a la zona para tener un poco de tranquilidad», manifestó Rosa Heredia.