Si tan solo salieran del sombrero de un mago….
Nadie quiera imaginar la cara que puso cuando le expliqué que no me interesaba formar hijos obedientes. Creo que oír eso de mi boca fue la gran decepción de su vida.
Pensé que a lo mejor querría que le explicara mis razones, pero no me las pidió: no las necesitaba. Conversación memorable, pero sin punto final.
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El comportamiento humano registrado en los libros de Historia nos enseña que el sometimiento de los demás es la forma de “mantener” la unidad y la paz: esos libros se han escrito con la sangre derramada en las guerras que reseñan.
¿O ha leído usted un libro que reseñe los actos de amor y generosidad que los pueblos se han dado desde que se tiene registro? Le voy a bajar algo: ¿conoce usted cuántos actos de amor se dieron hoy en su propio hogar?
Para evitar ser autoritaria no afirmaré que el autoritarismo es un ingrediente que navega en la cultura y lo perpetuamos cuando creemos que necesitamos validar o controlar la vida de las personas que nos rodean.
¿Las queremos sacar del sombrero de un mago cuando no tenemos ni la mitad de las virtudes que demandamos? ¿Tiene Ud. idea de cuántos padres se han enemistado con sus hijos a razón de no respetar sus elecciones de vida? ¿Tiene idea del sufrimiento innecesario que muchas familias alimentan?
No creo que el autoritarismo esté en la sangre porque el ser humano está llamado a ser libre. Con el libre albedrío no se ha podido meter ni siquiera Dios.
¿Mantener una actitud autoritaria está dañando sus relaciones familiares? ¿Intenta someter a su pareja o a sus hijos e hijas? ¡No llame al fracaso: nacemos libres! Considero más ventajoso apostar por el liderazgo.
Es por eso que no quiero hijos obedientes. Quiero hijos pequeños que deseen obedecerme porque confían en mi liderazgo.
Y luego hijos grandes capacitados para tomar sus propias decisiones y yo para respetarlas. Prefiero bajarme del trono autoritario para ser una acompañante que les ayuda a ser conscientes de lo importante que resulta vivir en el marco de límites sanos.
No me interesa tensar la cuerda de quien manda y obedece.
Si solo siguen instrucciones no les estamos entrenando para que hagan un sabio uso de su libertad. Entonces, cuando yo no esté, necesitarán de alguien que los dirija. ¿Se entiende el negocio?
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