Cuando se quebrantan las reglas se pierde por completo la autoridad, y precisamente eso ocurrió en la celebración del título de las Águilas Cibaeñas, donde se rompieron todos los protocolos que habían implementado las autoridades sanitarias.
Una lástima que todo el país observara una celebración sin ningún control, porque violentaba lo que durante casi un año se venía publicitando para evitar el contagio del Covid-19.
Finalmente, los resultados están ahí, con varios jugadores infectados, e incluso el presidente del equipo que representará al país en la Serie del Caribe.
No es justo que situaciones como esta sigan sucediendo, porque cómo pedirle a la población en general que respete los protocolos, cuando observa que otros sí pueden violentarlos sin ninguna sanción o penalización.
El poder en todas sus vertientes debe ser aplicado, para todos sin excepción, o de lo contrario se podría producir la rebelión de las masas, marginadas en todos los procesos, incluso en el de preservar sus propias vidas.
Ojalá que esta penosa situación no se vuelva a repetir, aunque no sería extraño que así sea, ahora con la ampliación de los horarios para desplazarse y la autorización de que los negocios, bares, gimnasios y restaurantes y colmadones alberguen a un 60% de su capacidad.
Sería interesante saber si se hizo un estudio previo sobre la capacidad de recibir clientes, es decir, conocer que un comercio acepta el 60% o más de parroquianos.
RADARES.-Felicitaciones a Jorge Torres y a los demás integrantes de la plancha “Nano Bodden”, por su victoria en la ACD. Ojalá que realicen el trabajo que se requiere, porque esa entidad necesita con urgencia un gran «sacudión”.