Si queremos suicidarnos...

Si queremos suicidarnos…

Si queremos suicidarnos…

Mientras este país esté atrapado en el inmovilismo y el atraso político serán remotas las posibilidades de que se libre de las telarañas de Estado fallido, donde las leyes son incumplidas, campea la inequidad y la corrupción domina funcionando como una represa contra el desarrollo.

Los partidos dominantes, verdaderos compartimientos estancos, no propician el relevo generacional en términos de liderazgo, no educan ni forman políticamente y prefieren ser espacios perfectos de clientelismo y tigueraje.

Los emergentes, rodeados de una bruma pesimista, delatan su impotencia, falta de creatividad y de imaginación cuando justifican la incapacidad de encantar y convencer a partir de la vigencia de los tentáculos populistas de la política tradicional.

En cada proceso electoral convierten su historia en algo circular, se autodestruyen y se reinventan con las mismas mañas, pero en miniatura, de las retrógradas estructuras partidarias que nos han gobernado.

La existencia de una capa empresarial rentista, sin cultura de competencia y, con excepciones, asociada a la corruptela bajo la frondosa sombra del presupuesto nacional, atiza ese atraso político.

Un pequeño núcleo de empresarios progresistas, consciente del caos y las secuelas que podría generar la creciente falta de credibilidad de la élite política, es dominado por la timidez y un conservadurismo heredado que yo espero pueda romper pronto por el bien del país.

Antes que salte al poder un guardia díscolo y ególatra, prefiero un creador de riquezas curtido en la capacidad gerencial y en la gobernanza corporativa.

Al fin y al cabo el país es una gran empresa de la que todos los ciudadanos somos accionistas merecedores de beneficios sociales y económicos emanados del buen manejo de los fondos públicos y de las decisiones éticas en la administración del Estado.

Las sociedades escogen su destino político y si la dominicana ha optado por un modelo determinado es porque ha querido.

Cuando decida generar una ruptura nada ni nadie la detendrá. En 2020 deberá escoger entre esto, la reelección, reciclar a dos entes que dos décadas atrás gobernaron por primera vez, dejando intactos los problemas estructurales del país, para traerlos al ring del espectáculo y el morbo político. Si queremos suicidarnos como colectivo social, tenemos el derecho.



Victor Bautista

Máster en Dirección de Comunicación OBS/Universidad de Barcelona. Egresado de la UASD como licenciado en comunicación. Ha sido alto ejecutivo de medios impresos, de TV e internet. Actualmente es socio director de Mediáticos Consultores de Comunicación.

TEMAS