Porque: La teoría sin praxis,
Se la lleva el viento.
A este hombre le dictan lo
Que dice; ¿quien?
¡Su conciencia!
Víctor Hugo.-
Si por seminarios, conclaves, diplomados o maestrías fuera, este país, siquiera Alicia, en el “País de las Maravillas”, viviera como vivirían la mayoría de los dominicanos. Pero todo se queda en las aulas o en teorías expuestas magistralmente por oradores de ensueños, sin que lleguen a verse hechos reales, en tanto, la teoría reina mientras la praxis brilla por su ausencia. Y no tenemos que buscar mucho en internet sobre las cosas maravillosas que se han expuesto principalmente por políticos, con la finalidad de sacar este país de la pobreza o al menos, para darle un poquito de la perdida seguridad ciudadana, donde hasta escuchar hablar a los privilegiados elegidos para ejercer la autoridad, por parte y en pago a su lealtad a determinado sector o tendencia política, nos hace ilusionar, aunque en esa ilusión nos puede llegar fácilmente la cruda realidad del asalto brutal o el disparo mortal por parte de algún desdichado, desprovisto hasta de alma.
En base a ese eufemismo de que no hay crisis ni inseguridad ciudadana, sino, falsas percepciones; de que no hay una justicia politizada sino, elegida; de que no hay corrupción sino, algunas debilidades, es por lo que ha crecido como la verdolaga en las últimas décadas la indolencia política; el incremento desmedido del “tigueraje” dentro de los partidos, en donde se ha perdido no solo el pensamiento ideológico de la política, aquella que se refería a los conservadores agrupados a la derecha y los radicales a la izquierda, sino que hasta a la justicia le hemos puesto lentes, progresivos y antirreflejo, para que pueda ver muy bien a quién se le aplicarála ley y a cuáles siquiera mirarlos.
Es esa teoría eufemística la que nos tiene atolondrados sin saber dónde está el Norte o el Sur; es ese decir que no hay robo en la delincuencia sino, apropiación para los que menos tienen; no es clientelismo político sino, “Solidaridad” con el desposeído el disponer de los dineros que paga la clasemedia trabajadora y pagadora de los impuestos; no es política vulgar el “pagar para no matar”,el mantener toda una claque de vagos que tampoco les interesa trabajar porque viven del Estado.
Pero todo nos lo presentan de una manera tan elaborada, aparentemente sencilla y coherente, que nos lo creemos todo y una gran mayoría hasta las justifica y defiende. No podemos, como se refirió Aristóteles en una de sus tantas argumentaciones y menos con el tipo de “justicia” que nos gastamos “… el tratar de definir o demostrar todo lo que decimos, porque de así ser, llegaríamos al infinito sin obtener ninguna demostración o definición” pero, esta realidad no necesita muchas pruebas y sin ningún escepticismo podemos decir; que si “el fin último” de esta crisis generacional, institucional, moral, ética y política que padecemos, no ha llegado, de seguro no está muy lejos.
La osadía mostrada hasta ahora por esta claque política para mantenerse en el poder por encima de leyes, reglamentos y hasta del “pedazo de papel” que ostentosamente “ellos” denominan Constitución, los ha llevado a creerse que se pueden mantener en “equilibrio” dentro del ámbito del “infinito potencial”, cual si fueran Arquímedes y su versión geométrica del área de un circulo.
Nos controlan y sobrevivimos atrapados en medio de eufemismos, paradojas, mentiras piadosas, prepotencias, blindajes descarados, favoritismos y monopolios desvergonzados de diferentes categorías y especialidades, donde supuestamente a diario crecen los turistas, las recaudaciones, los impuestos pero que, paradójicamente, y por igual, se desborda la deuda interna y de la deuda externa, mejor no hablar, porque vivimos en “democracia”, aun y ésta sea minusválida y violada por una banda de desaprensivos ante la mirada y el accionar supino de un pueblo pendejo. ¡Sí señor!