Sí, pasa

Sí, pasa

Sí, pasa

Ana Blanco

La cultura de aquí no pasa nada es una de las cosas que no entiendo, no comparto y, lo confieso, me desespera. Claro que pasa y mucho.

Las malas acciones deben tener consecuencias, siempre.
La apatía general y admitida socialmente de: no actúo porque es algo que no puedo cambiar, siempre ha sido así, si los demás no hacen nada por qué lo voy a hacer yo si, al final, no hay cambios, no pasa nada… Estos días se ha puesto más de manifiesto.

Si no actuamos de verdad, si no alzamos la voz al tiempo que tomamos acción frente a aquellas cosas que deben cambiar, estaremos siempre dando vueltas sobre el mismo eje.

Esta semana muchas cosas han pasado, se ha despertado un clamor social pero al final se mantiene ese sentir de tirar la toalla, de que no importa, de que no pasa nada.
Y lo repito porque es algo que llevo demasiado tiempo viendo en mi entorno y me rebelo completamente frente a ello.

No me callo, no consiento, no permito que allá donde tenga voz eso pase.
Quien me conoce lo sabe, como me digan tranquila no pasa nada, se me enciende un interruptor porque esa reacción es la que nos está llevando a que quienes hacen las cosas mal se sientan impunes, empoderados y los demás simplemente esperando que no sea a nosotros a quienes nos pase, hasta que nos da de cerca.

Pero no hay que esperar a eso, hay que actuar siempre, no quedarse impasible ante las cosas y mucho menos pensar que no tenemos responsabilidad frente a lo que hacen los demás.

Qué cierto es eso que si no eres parte de la solución, eres parte del problema. Entonces ¿qué vas a hacer para que sí pase algo?



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