Hugo López Morrobel
Desde ya los organismos que tienen que velar por el desarrollo deportivo tienen la obligación de tener preparados los programas que aplicarán en 2017.
Uno de los grandes males que han trabado el avance de la sociedad dominicana, en todos sus niveles, ha sido la falta de planificación, lo que conlleva a la improvisación y al fracaso.
Producto de esto, el país ha consumido recursos multimillonarios, y un tiempo precioso y vital para dar un salto cualitativo en todos los reglones.
Pero la historia es el mejor testigo de las barbaridades que han ocurrido, siendo el deporte una de sus grandes víctimas, incluso de sus propios “auspiciadores”, algo que resulta más que insólito.
Los organismos que deben velar por el desarrollo del deporte y la recreación en en todas sus vertientes, deben hilar y proyectar con suficiente tiempo hacia dónde quieren dirigir el barco, por aguas pacíficas, sin turbulencias.
En un país donde cualquier cosa pasa, no sorprende que programas esenciales a veces se manejen sin planificación.
Cuando eso ha ocurrido, los resultados han sido catastróficos en todos los aspectos, y no estamos en condiciones de que ocurra bajo ningún concepto.
