¡Si no hay justicia… mis hijos y yo nos suicidamos!

¡Si no hay justicia… mis hijos y yo nos suicidamos!

¡Si no hay justicia… mis hijos y yo nos suicidamos!

Anoche, mientras navegaba en las redes sociales, vi un video que me produjo tanto coraje que me provocó un fuerte dolor de cabeza que me duró varias horas.  Se trata del video colgado por la viuda de Renato Castillo Hernández, el regidor asesinado en Monte Plata, en el que ésta, con voz llorosa,  le manda un mensaje al presidente de la República y le manifiesta lo inconforme que se siente con el putrefacto sistema de justicia dominicano, que ha dejado en libertad al supuesto asesino de su fallecido esposo por ser miembro del partido de gobierno.

Utilizando las redes sociales y llena de impotencia y dolor, la viuda de Castillo Hernández le pregunta al presidente de la República si las instituciones del Estado están formadas por mentirosos, chantajistas y personas que se compran con dinero, al tiempo de otorgar un plazo de quince a veintiún días para que se le fije fecha al juicio de fondo contra el presunto asesino de su esposo, de lo contrario ella y sus hijos se proponen el suicidio.

Y yo me pregunto, ¿tendremos que llegar tan lejos para hacer valer nuestros derechos?

Ahí queda evidenciado una vez más que las instituciones dominicanas no funcionan y que los derechos ciudadanos no se respetan. Esa señora no está pidiendo nada distinto a lo que mandan las leyes, simplemente está exigiendo  que se haga justicia. A mí eso me lastima tanto, porque fue a una persona que asesinaron, cuyos hijos tendrán  que cargar con la ausencia de su padre para toda la vida. Y parece que además de perder a su compañero, también ha perdido el respaldo de la ley y la justicia y el amparo de las instituciones del Estado que deberían funcionar aplicando igual las leyes para todos los ciudadanos y ciudadanas.  Desgraciadamente, nuestro sistema de justicia está totalmente politizado y deslegitimado. La impotencia le cierra los caminos y parece conducir a esa familia a una tragedia.

Creo que debemos ponernos en el lugar del otro, porque el destino tiene disposiciones extrañas para hacernos entender ciertos eventos, como es el hecho de que en el país impera un régimen de “sálvese quien pueda”. Hoy es esa señora, pero mañana, Dios no lo quiera, será cualquiera de nosotros quien se encuentre en una situación de desprotección e impotencia. Por eso expreso mi solidaridad con esa familia y llamo a toda la sociedad a brindarle el apoyo que la justicia no ofrece. No permitamos que esa familia se inmole a consecuencia de la indiferencia. Ayudémosles a encontrar la justicia que hasta ahora le ha sido negada.

Me avergüenza ser parte de una sociedad donde un partido político ha absorbido todas las instituciones públicas y las maneja a su antojo, comportándose como una mafia. Aunque luzca exagerado, en ocasiones creo que la figura de  Trujillo ha quedado pequeña en perversión  frente a este nuevo sistema de gobierno, que además de ser prácticamente una dictadura moderna, se escuda detrás de la “justicia” para hacer todas sus fechorías y quedar impune.

Si casos como el infierno que está viviendo esta familia no nos conmueven, creo que, como humanos, tenemos que hacernos una revisión muy profunda.

Isauris_almanzar@hotmail.com