Renaldo Bodden
«Si mi madre es feliz, yo soy feliz», me dijo el gimnasta Audrys Nin Reyez en entrevista para el programa Prensa y Deportes.
Ello a propósito de que el INVI (Instituto Nacional de la Vivienda) le obsequiará un apartamento a su madre en Barahona, aunque él reside en la Villa Olímpica del Gran Santo Domingo.
Acepté la cita en la que el COD (Comité Olímpico Dominicano) y Miderec (Ministerio de Deportes y Recreación) homenajearon ayer al medallista dorado a través de sus titulares Luis Mejía Oviedo y Danilo Díaz.
Llegué mucho antes del acto y eso me dio el chance de descubrir que además de sus cualidades atléticas el muchacho tiene una inteligencia natural.
Con apenas 22 años demostró gran desenvolvimiento en el acto con una conversación muy fluida que provocó que atinadamente el colega Alipio Mota Nina me dijera «no tiene miedo escénico y eso parece que lo lleva a la competencia».
Nin Reyes da crédito a sus entrenadores, Guillermo Amador, quien lo introdujo en su natal, así como el cubano Yoandi Tamayo y el nativo Ramón Holquín. También al Creso (Creando Sueños Olímpicos), representada por Manuel Luna.
Edwin Rodríguez, presidente de la Fedogim (Federación Dominicana de Gimnasia) dijo que con apenas tres millones y pico de pesos se logran los aparatos prioritarios, lo demás puede esperar. El ministro Díaz ha prometido meterle mano.
No es malo que a Nin Reyes le otorguen una casa por una hazaña deportiva universal lograda a nombre de la nación. Total, otros sin méritos tienen coleccción de todos los colores…¡Nos pechamos!
