Tengo 50 años. Nunca he tenido ningún problema en decir mi edad, todo lo contrario, cada etapa para mí ha sido única, con todo lo bueno y todo lo malo y así espero que siga.
Hace poco un mujer con un cargo público, de mi misma edad, se puso un vestido en el que se le podía apreciar la barriga.
Estaba hermosa, regia y sin ningún tipo de mal gusto. Pero llovieron las críticas, principalmente de mujeres y sobre todo por su edad.
La verdad me dio mucha lástima y coraje leer esos comentarios. No porque compartamos la misma edad, siempre he pensado lo mismo, que cada quien vista como quiera siempre que se sienta a gusto consigo mismo y no rompa protocolos de educación y respeto hacia otros.
Ella no lo hizo, simplemente decidió ponerse ese vestido con cierta licencia que, por imposiciones sociales, no se considera acorde para una mujer de 50. Siempre me pregunto lo mismo: quién eres tú o quién soy yo para criticar cómo se ve otra persona.
No me canso de recalcar que los actos, las acciones, son lo que pueden definir a alguien, y vean que digo definir no con eso afirmo que nos de derecho a criticar o juzgar.
Pero la forma en que te ves, cómo luces, no te define en ningún momento, es algo que va con tus gustos, decisiones y definitivamente lo que piensen los demás debe importarte poco.
Y ya si entramos en que por tener cierta edad hay que ser de una manera es cuando ya rompo una lanza, que cada quien sea como se siente, con sus sueños, sus preocupaciones, sus alegrías, sus metas porque la edad al final es solo un número y quien le da sentido eres tú no los demás.