Francisco Rojas
En estos días en mi cuenta de correo electrónico hemos recibidos varios email: publicidad, de la oficina, la familia, de amigos, etc… Revisándolo pienso, ¿y si Dios me mandara un email? Seria algo grandioso.
Si Dios te escribiera a ti un email, mostraría su misericordia y cuidado para ti, sería muy personal para ti, podría escribir algo parecido a esto:
Amado hijo:
Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios, el Dios eterno, que te creé, de mí viene la vida, búscame y viviréis, soy la fuente inagotable, nunca te dejaré ni te abandonaré.
Acepta mi regalo. Mi gracia es suficiente para ti, yo te perdono todas tu transgresiones, si tu pescados fueran rojos como el carmesí te limpio como la nieve. Tus pecados han sido perdonados y recibirás la vida eterna.
Descansa en mí. Yo sé cómo rescatar a los piadosos de sus tribulaciones, pon tu yugo en mí, porque ligera es mi carga. Yo soy tu escuda y tu fortaleza, confía en mí.
Confía siempre en mí. Yo soy tu pastor y nada te faltará, no he visto justo que mendigue pan, toda tu confianza ponla en mí, te prometo que te guiaré por el sendero de la vida.
Tengo un amor eterno. Con amor eterno te creé, por tanto te di mi misericordia, con lazo de amor te abrazaré por siempre, por amor te entregué lo mejor de mí, que eras mi hijo.
Mis pensamientos acerca de ti no pueden ser contados. Recuerda que mi palabra siempre será como lámpara que alumbra en la oscuridad, y si me buscas siempre seré como el buen pastor.
Con amor eterno,
Dios.
