Nueva York.- El japonés Shohei Ohtani alcanzó este miércoles el Olimpo del béisbol al coronarse campeón de la Serie Mundial en su primera temporada con los Dodgers de Los Ángeles, el equipo que le arrebató a sus vecinos angelinos de los Ángeles con un contrato de 700 millones de dólares y que triunfó por 4-1 en la serie contra los Yanquis de Nueva York.
La franquicia angelina remontó cinco carreras de desventaja en el quinto partido y puso las manos en la Serie Mundial por primera vez desde 2020. Los angelinos también habían sido campeones en 1955, 1959, 1963, 1965, 1981 y 1988.
Su contrato de 10 años y 700 millones es el más rico en la historia del deporte, pero Ohtani no pagó la presión y firmó una temporada de ensueño para llevar a los Dodgers hasta la Serie Mundial.
Dio el susto en la serie por el título contra los Yanquis, cuando sufrió una lesión en el hombro izquierdo, pero pudo seguir y coronó este miércoles en el Yankee Stadium el sueño de su vida.
Los Dodgers no dudaron en bañar en oro al jugador japonés, un auténtico fenómeno del béisbol que en las Grandes Ligas no se veía desde los tiempos del legendario Babe Ruth.
Ohtani, de 30 años, asombró a las Grandes Ligas en su etapa en los Angels con su extraordinaria capacidad no solo al bate, sino también como lanzador. Una grave lesión de codo le impidió subir al montículo este año, pero Ohtani marcó la diferencia al bate y selló una hazaña histórica al fundar el club del ’50-50′ (50 jonrones y 50 bases robadas).
La pelota con la que Ohtani alcanzó esa marca fue subastada recientemente por 4,3 millones de dólares en la casa de subastas Goldin.
Esta venta estableció el nuevo récord de precio para una pelota de cualquier deporte y mejoró los 3,05 millones de dólares pagados para hacerse con la bola del cuadrangular 70 del exjugador estadounidense Mark McGwire.
“Sabes lo grande que es Shohei para este equipo”, aseguró el dominicano Teoscar Hernández al referirse al talento de Ohtani.
El japonés dio el susto en el segundo partido, cuando abandonó el choque por una dislocación parcial del hombro izquierdo.
Sufrió ese percance al deslizarse en la segunda base en un intento de robo en la séptima entrada. Se sometió a exámenes, pese a la dislocación, consiguió seguir apoyando a sus compañeros.
No estaba al cien por cien y se le vio correr agarrándose con la mano izquierda su camiseta para limitar el movimiento de su hombro durante las carreras.
Pero dio la cara hasta el final para los Dodgers y acabó entre los protagonistas de la octava corona de la historia de los Dodgers.
Fue un final feliz para Ohtani tras una temporada comenzada de la peor forma, con un escándalo de apuestas que le vio involucrado, como víctima de su intérprete Ippei Mizuhara. Ohtani tuvo que despedir a Mizuhara, uno de sus amigos históricos, después de que este le robara hasta 4,5 millones de dólares para apostar ilegalmente.