Estamos avanzando cada vez más a nivel tecnológico, avance al que no escapa la sexualidad humana. Hemos visto como la tecnología está mostrando una realidad virtual que está invadiendo la vida íntima y los hábitos sexuales de los seres humanos.
De ahí que esta, está cambiando las expresiones y necesidades sexuales de muchos.
Desde el siglo pasado se está practicando el sexo cibernético para satisfacer deseos sexuales de algunas personas.
El sexting (neologismo compuesto por los términos en inglés Sex de sexo y texting de enviar textos por celular) utilizado principalmente por adolescentes y jóvenes, actividad que trae mucha preocupación a los padres por el peligro de la manipulación que se puede desprender de su práctica, ya que estos jóvenes podrían quedar marcados emocionalmente para toda la vida.
La pornografía que se exhibe en la Internet y el exceso del uso de las redes, distorsiona la sexualidad sobre todo de los adolescentes cuando las utilizan para canalizar sus impulsos sexuales. Peligroso.
Ya que esperan respuestas y comportamiento sexuales que son fantásticos y no reales, provocándoles luego frustraciones al enfrentarse a la realidad de la acción sexual. Muchos hombres han desarrollado disfunciones sexuales y desinterés en su pareja, por la expectativa que le genera la pornografía.
Lo que se ve en el consumo de la pornografía es totalmente diferente a la realidad de tener una pareja y compartir sentimientos y emociones con el contacto directo, liberando así de una forma sana y saludable, el placer sexual.
Son dos prácticas tecnológicas que mencionamos. Reflexionemos acerca de ellas.