La anticoncepción se refiere a utilizar métodos para impedir que una mujer se embarace.
Son muchos, todos funcionan de manera distinta.

Deben escogerse de acuerdo a las necesidades de cada persona, de cada pareja y el estado de salud, edad, si luego desean hijos, la frecuencia de los encuentros sexuales y otros factores.

Necesaria es una evaluación médica.

Un método puede beneficiar a alguien y ser perjudicial para otro, por lo que no existe un mejor modo, sino el adecuado para cada persona.

Algunos impiden la liberación de óvulos en la mujer, como las píldoras; otros evitan el paso de los espermatozoides hacia los óvulos, como son los preservativos (condones), los diafragmas y los dispositivos intrauterinos (DIU); y las esterilizaciones, que generalmente son recomendadas cuando ya no se desea tener hijos.

Algunas practican el “coitus interruptus” (retirar el pene de la vagina cuando el hombre va a eyacular).

Este no es efectivo, ya que durante la excitación sale por la uretra (por donde sale la orina y el esperma) una pequeña cantidad de líquido que tiene como función limpiarla para que el esperma salga sin contaminación de orina.

Este líquido está cargado de espermatozoides, por lo tanto puede embarazarse la mujer, aunque no le eyaculen dentro.

Ningún método protege de infecciones de transmisión sexual, a excepción de los condones de latex o de poliuretano, que deben estar lubricados adecuadamente para evitar que se rompan.

Ningun método debe alterar el desempeño sexual, ya que el placer es vital para una sexualidad sana.