La mujer adulta tiene una vida con ciertas experiencias y conocimientos en la generalidad de los casos, por lo que ha de esperarse que viva una sexualidad más plena y gratificante.

Entendiendo siempre que la misma es toda nuestra vida, que se construye con lo que sentimos, pensamos y hacemos basado en las costumbres, normas socioculturales y valores.

Ya los hijos crecieron, ya se tomaron ciertas decisiones importantes, ya la estabilidad financiera es más adecuada en la generalidad de los casos, además se han resuelto ciertas situaciones de ignorancia en cuanto al tema de la sexualidad y de una parte muy importante de ella que es la intimidad.

Por tanto, parte de nuestra sexualidad es la expresión de nuestras vidas, de lo que queremos o anhelamos, incluyendo nuestra manera de vestir, de divertirnos, de manejarnos en la toma de decisiones, ya que mientras nuestros hijos fueron pequeños y teníamos otras responsabilidades probablemente no tuvimos tiempo para realizar actividades que deseábamos y ahora tenemos la oportunidad de expresarnos.

En cuanto a la intimidad sexual, también estamos más preparadas. Ya aprendimos a disfrutar de caricias íntimas, del coito, incluso algunas mujeres se convierten en multiorgásmicas por múltiples razones (aprendimos a identificar lo que queremos en el encuentro sexual, a algunas les da seguridad el saber que no se van a embarazar, otras están realmente con la persona que desean estar).

Disfrutar de su sexualidad es disfrutar de la vida. Engalánese, pasee, disfrute su sexualidad, pues se lo merece.