NUEVA YORK.- Serena Williams no quiere decir adiós. En su primer partido del que se anticipa será su último Abierto de Estados Unidos — y último torneo de su asombrosa carrera — Williams se recuperó de un titubeante arranque para doblegar 6-3, 6-3 a Danka Kovinic la noche del lunes en un atestado estadio Arthur Ashe.
El ambiente fue más propio de un carnaval que la melancolía que acompaña las despedidas. ¿Cuál será el recuerdo de la noche que se le quedará grabado? “Cuando salí a la pista, el recibimiento fue realmente abrumador. Había mucho ruido y lo sentía en mi pecho.
Fue una sensación muy“, dijo la seis veces campeona en Flushing Meadows y dueña de un total de 23 títulos de Grand Slam. “Es una sensación que nunca olvidaré“, añadió. “Es algo con un enorme significado para mí”. Fue todo un espectáculo.
El director de cine Spike Lee participó en el cara o cruz de la moneda. El expresidente estadounidense Bill Clinton se encontraba en las gradas. También estaban Mike Tyson y Martina Navratilova, sentados juntos. Y sentada con su papá y la abuela, la hija de Williams, Olympia, quien el jueves cumplirá 5 años.
Lució adornos en las trenzas blancas en su pelo, lo mismo que hizo su madre cuando conquistó su primer US Open, cuando tenía 17 años en 1999. Williams tiene 40 años ahora y le reveló al mundo hace tres semanas mediante una columna en la revista Vogue que estaba lista para concentrarse en ser mamá por segunda vez y en su fondo de capital de riesgo.
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Cuando le preguntaron el lunes si este será su último torneo, Williams respondió con una sonrisa pícara. “Admito que he sido algo ambigua al respecto”. Y añadió. “Y seguiré siendo ambigua, porque nunca se sabe”.
En los primeros compases, Williams no lució bien. Cometió doble faltas, fue imprecisa y dejó escapar oportunidades. Se puso arriba 2-0, pero quedó abajo 3-2 en un parpadeo.
Súbitamente, salió la Williams imperial. Pisó a fondo el acelerador en ese primer set, coronándolo con un ace, apretando los puños para gritar su “íVamos!” Lo más de 23.000 espectadores saltaron de las butacas para ovacionarla de pie. Lo hicieron varias veces más, ya que Williams mantuvo ese nivel en el segundo set ante Kovinic, una montenegrina de 27 años. Williams sigue en carrera. Y su rival de turno será la estonia Anett Kontveit — la número 2 del mundo — el miércoles.
Sin duda alguna, el gentío volverá al US Open desde todas partes para ver jugar a Serena — no se requiere del apellido, lo propio para una mega estrella del deporte. Y en caso que no tengan la suerte de haber adquirido una entrada, cruzarán los dedos para conseguir un autógrafo, verla en una práctica o tan solo estar presente en el predio de Flushing Meadows para respirar el mismo aire que ella.
Mientras miles de personas hacían cola para ingresar al torneo horas antes del encuentro, nadie tenía la certeza sobre cuántas oportunidades más tendrán de verla. Y estaban ahí para honrarla o demostrarle su aprecio por lo que ha hecho dentro y fuera de la cancha. Alrededor de las 6.15 de la tarde, Williams realizó la corta camineta hacia las canchas de práctica desde el Arthur Ashe Stadium para un peloteo de media hora como calentamiento.
Los presentes que habían colmado las gradas instaladas encima de la zona de práctica gritaron “íSerenaaaaa!” al salir y entrar. Unos 45 minutos después, el partido empezaba y quedó plasmado todo lo que representa para tanta gente. Como mujer. Como afroamericana. Como madre. Como empresaria.
“Cuando comenzó, las tenistas no recibían el mismo reconocimiento. Ha hecho mucho”, aseguró Quintella Thorn de 68 años originaria de Columbus, Georgia y quien asistió por octava ocasión al Abierto de Estados Unidos. “Y ahora está…”. “Evolucionando”, interrumpió su amiga Cora Monroe, de 72 años y originaria de Shreveport, Louisiana.
Williams también disputará los dobles con su hermana Venus, quien tiene 42 años y ha ganado siete títulos de Grand Slam — hizo parecer que sería así. “Una vez que Serena anunció que disputaría el US Open se agotaron los boletos en un milisegundo para el lunes y martes por la noche.
Puedes ver en la reventa, los precios alcanzaron los 230 dólares. Vi 2.300 dólares para nivel de cancha en la tarde”, dijo Stacey Allaster, directora del torneo. Por eso mismo este lunes fue más importante que cualquier primer día en un major.
Y por qué el programa del día no mencionó a ningún otro de las decenas de tenistas en acción y desplegó un montaje con seis imágenes de Williams sosteniendo sus seis trofeos del US Open sobre el título: “Serena Williams, un Legado de Grandeza”.
La Asociación de Tenis de Estados Unidos indicó que se vendieron más de 16.500 boletos para el torneo el día que Williams anunció su intención de retirarse, más que en los siete días anteriores. Esto incluyó 4.600 lugares para el lunes por la noche, un lleno total