NUEVA YORK.-El traje de gato negro con el que se presentó en París fue un recordatorio de que nadie genera más atención en un Grand Slam que Serena Williams.
Llegó a la final en Wimbledon y el U.S. Open, y demostró una vez más que aún puede jugar sin importar lo poco que entrenó en ese lapso.
Williams no ganó esos torneos, ni ningún otro, lo que en cualquier otra situación habría sido un año para el olvido para Serena. Pero el 2018, fue un año memorable.
Su regreso al tenis después de sufrir serios problemas de salud tras el alumbramiento de su hija fue un triunfo por sí solo, y por ello recibió por quinta ocasión el reconocimiento como la Mujer Deportista del Año. Williams recibió 93 puntos en las votaciones entre editores y directores de noticias de Estados Unidos.