Julio Cortázar, escritor argentino, dijo: “Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.
¡Cuánta belleza en esta expresión! Constituye un homenaje a la importancia de hablar con el corazón, que de los labios brote siempre la verdad; como cuando se es niño, etapa en la que no existe espacio para la mentira.
La afirmación de Cortázar puede completarse con la del escritor estadounidense Josefh Heller, quien dijo: “He llegado por fin a lo que quería de mayor, que es ser un niño”.