El prelado católico estadounidense James Gibbons dijo que “el crítico es un hombre que espera milagros”. Cierto ese planteamiento, porque todo en la vida tiene su razón de ser, lo cual se resume en el mundo aristotélico con la expresión “nada en vano”.
Pero en el trajinar de la vida en que suceden las cosas, abortamos procesos que podrían convenirnos por el simple hecho de no atrevernos a ser críticos de determinadas realidades sociales.
Aprendamos a ser críticos, como la ciencia, aunque tengamos que esperar milagros para el cambio positivo.