SANTO DOMINGO.- Fueron sepultados hace unos momentos los restos del dirigente político Hatuey De Camps Jíménez y de su hermano Luis Alberto De Camps Jiménez en el Cementerio Puerta del Cielo.
Al acto de sepelio asistieron decenas de personas, familiares, allegados, dirigentes del Partido Revolucionario Social Demócrata y personalidades de diferentes sectores.
Ambos hermanos fueron sepultados uno al lado del otro, en bóvedas paralelas.
El panegírico estuvo a cargo del secretario general del Partido Revolucionario Social Demócrata, Rafael Gamundi Cordero, quien expresó que el país ha perdido a un hombre extraordinario, un guía que se condujo siempre con una conducta ejemplar.
«Hatuey desde que fue un niño fue político y amante de su familia. No se desprendió nunca de la mano de su padre, quien fue un diputado de la constituyente de la República Dominicana, don Miguel Ángel De Camps Cortés», expresó.
Indicó que Hatuey fue un político excepcional, quien era consultado por los viejos, siendo él un niño.
«Todo el mundo hablaba de su grandeza y lealtad, sobre todo a José Francisco Peña Gómez, a quien amó entrañablemente y el doctor Peña Gómez que confió en el absolutamente», indicó.
Mientras que Hatuey Hijo, hijo mayor del dirigente político, expresó que su padre enseñó múltiples cosas, sin embargo hay una que solo su familia la pudo asumir, que es con la firmeza, interés y voluntad que siempre como familia les unió.
«Fue el pilar no solamente en la familia política, sino en la familia real de la casa», manifestó tras asegurar que algo que nunca se les va a olvidar a parte de la causa política de su padre, es la unión familiar.
Agradeció a todos los que acudieron a dar el último adiós a su padre y a la ciudadanía por la muestra de apoyo durante estos momentos difíciles.
De su lado Gisselle Amelia De Champs Jiménez, hija de Luis Alberto De Camps, expresó que en todo momento de tristeza y confusión recurría a su padre,»lamentablemente hoy no puedo consolarme en el único hombro que me hacía sentir segura, en el único te quiero que me hacía sentir querida, en los únicos brazos que me quitaban el frio».
La joven, visiblemente compungida y triste, leyó una carta dedicada a su padre, en la que le expresa que «hoy el día más triste de mi vida tengo que decirte adiós. Hemos pasado por muchos momentos difíciles, pero nunca sobrepasarán los momentos felices que tanto tu y yo disfrutamos».
Otros familiares hicieron uso de la palabra durante el acto.