Santo Domingo.- El cielo se nubló, cubriendo al sol por completo, en momentos en que los familiares inmersos en el dolor, se dirigían a enterrar los restos de la exprimera dama Rosa Gómez de Mejía.
El deceso de la exprimera dama de la República, se produjo el pasado lunes 21 de marzo, a causa de un infarto.
Sus hijos Lissa y Ramón hablaron de la enseñanza que les brindó a lo largo de los años, comprometiéndose a seguir con el legado de amor, unidad familiar y los valores inculcados.
Para sepultar los restos de doña Rosa, la familia pidió a la prensa no asistir, por ser un momento íntimo para ellos.
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Ramón indicó que días atrás su madre había asistido ese Cementerio Jardín Memorial, donde dijo quería ser enterrada debajo de un árbol.
«Como cosas de la vida, vino hace unos días con tío Sergio, no me enteré, me enteré hace poco y dijo que le gustaría que la enterraran debajo de una mata. Y es muy simple, cuando vine ahora es Gurabo, es Jacagua, este es su campo, ella creció en esto», dijo Ramón, haciendo alusión a los árboles que habían donde vivió su madre.
Doña Rosa se casó con el expresidente Hipólito Mejía en el año 1964 y de esa unión nacieron Felipe, Ramón, Carolina y Lissa.
Rosa lideró el primer Despacho de la Primera Dama, en el mandato de su esposo 2000-2004.