¡Señor Presidente!

¡Señor Presidente!

¡Señor Presidente!

El licenciado Danilo Medina Sánchez podrá pasar a la historia como el Presidente que puso en práctica y enfrentó con determinación el Plan de Regularización Nacional de Extranjeros; el que construyó miles de aulas escolares; el que le cambió la cara al sur de la República y le construyó amplias y confortables carreteras; el que construyó las plantas de carbón para contribuir a mejorar el caótico sistema eléctrico del país…

Pero también, como el Presidente que permitió que destruyeran nuestros recursos naturales, los ríos, los bosques y las montañas dominicanas.

Hay que ver como diariamente aparecen en los medios de comunicación miles y miles de barrios pobres suplicando un poco de agua para sus más perentorias necesidades sin la posibilidad de que el gobierno pueda complacer sus peticiones, y no puede porque no hay agua, porque el gobierno no tiene agua para repartirles a los pobres, a la clase media ni a los ricos.

¡Y si eso es hoy que el gobierno no tiene agua potable para satisfacer las necesidades del pueblo, qué será mañana, cuando se mueran o acaben de asesinar los árboles que quedan en el campo, cuando se agoten las gotas de agua que quedan en los ríos!

Como una película de terror, como una burla macabra, diariamente usted ve pasar frente a su puerta grandes patanas cargadas de árboles preciosos y tiene que contener su indignación y su impotencia con los puños cerrados porque está consciente de que si las cosas siguen como van muy pronto tendremos un país con muchas aulas escolares, grandes carreteras y un pueblo desesperado, sin árboles, sin ríos y sin montañas, muriéndose de sed.

Señor Presidente, le podemos anticipar que en el futuro las grandes ejecuciones, las grandes obras de su gobierno serán sepultadas con lágrimas y lamentaciones por el pueblo entre guasábaras y espinas, por el mismo pueblo y la misma gente que hoy le aplaude y le pide que siga en el poder por cuatro años más.

Lo lamento señor Presidente, no todo puede ser flores para usted… usted tiene que reaccionar y actuar con mano de hierro para preservar los pocos árboles que aún quedan en el campo y las gotas de agua que aún quedan en nuestros ríos agonizantes, o, con respeto le repito una vez más, que pasará a la historia como el sepulturero de los recursos naturales de la patria.