NUEVA YORK.— Le tiemblan las rodillas de sólo pensarlo. Ojalá no le tiemble el pulso llegado el momento.
Osvaldo Hernández, un alumno dominicano de un seminario eclesiástico, será el encargado de sostener el micrófono al papa Francisco cuando el pontífice hable en la catedral de San Patricio, en Manhattan, el próximo 24 de septiembre.
“Todo el mundo me dice `ítómate una selfie con el papa!”’, dijo el joven de 28 años a The Associated Press entre risas. “Es muy emocionante… ¿Y qué tal que el papa me diga algo? O si me dice `traduce esto para mí’. O `¿cómo se dice esto?’ Porque va a ser un servicio en inglés y en español”, agregó.
Hernández, quien está en su segundo año de estudios en el seminario de San José en Yonkers, a las afueras de Nueva York, habla rápido y con emoción sobre la tarea que el seminario le ha encomendado. Y es que no cada día uno está a un metro de distancia de Francisco. “Mis amigos me dicen que tenga cuidado, por si le pego con el micrófono en los dientes”, bromeó.
El dominicano, nacido en Santiago de los Caballeros y quien vive en Estados Unidos desde 2006, se enteró de que había sido escogido para la tarea en julio.
Todos los jóvenes seminaristas en San José jugarán algún papel durante las Vísperas que el papa dará en San Patricio o en la misa que dirigirá al día siguiente en el estadio Madison Square Garden.
Desde esparcir incienso, recibir a la gente en las puertas de entrada o cantar, las tareas son muchas. Pero quizás la más protagónica es la de sostener el micrófono por el que habla el pontífice.
El reverendo mexicano Luis Saldaña, director espiritual del seminario, dijo a AP que no se escogió a Hernández por ninguna razón en especial. Simplemente se designó a cada seminarista con una tarea específica. De los 97 jóvenes del seminario, 17 son hispanos.
Francisco visitará Estados Unidos a fines de septiembre, pasando por Washington, Nueva York y Filadelfia. Las vísperas en San Patricio serán el primer acto del pontífice en Nueva York.
Francisco hablará ante las Naciones Unidas al día siguiente, además de protagonizar una procesión en Central Park, dar misa en Madison Square Garden y hablar con inmigrantes en una escuela de Harlem.
En Santiago de los Caballeros, Hernández cantaba en el coro de una iglesia local a los 14 años cuando empezó su inquietud vocacional, explicó. Ingresó en Estados Unidos con una tarjeta de residencia permanente que logró a través de su abuela, quien hizo la petición para que la obtuvieran sus familiares.
Dentro de dos años, cuando termine sus estudios, será destinado a ser reverendo en alguna parroquia de la diócesis de Nueva York. Hernández dijo que no sabe exactamente durante cuánto tiempo sostendrá el micrófono pero explicó que el pontífice lo necesitará durante una oración inicial, cuando dé su homilía, cuando lea. “Es decir, cada vez que hable. Va a ser un ratito”, señaló.