Un año más que concluye. Una nueva lista de sueños para el próximo, pero antes haz una lista de los logros alcanzados en este. Al hacer el balance de los objetivos realizados, analiza cómo los lograste, qué contribuyó, qué tiempo tardaste, y con quién contaste.
Durante esa reflexión agradece las oportunidades que tuviste de triunfar, también agradece los momentos fallidos porque de seguro aprendiste otro mecanismo para lograr eso que tenias en mente. Agradece a quienes te apoyaron, también a quienes te abandonaron, porque contribuyeron a que te hicieras más fuerte y tenaz.
Agradece a tí mismo la energía con que luchaste, el interés que pusiste, las veces que te levantaste, aun sintiéndote cansado.
Cuando agradecemos, los logros nos gratificamos. Cuando agradecemos las dificultades que tuvimos, descubrimos cuanto crecimos y que tan alto podemos saltar obstáculos.
Hoy, agradecido y bendecido por todo el aprendizaje, estás listo para empezar.
Procura ser específico en tus anhelos. Cuando hacemos grandes listas en probable que terminemos frustrados porque logramos poco, pero cuando definimos prioridades, logramos ser más efectivos.
Piensa en lo que quieres lograr y ponle un título. Por ejemplo: “Este es el año en que compraré mi casa”, o “Este año obtendré el trabajo que quiero.” Decide con el corazón. Ahora divide esa meta en partes pequeñas, de ese modo no lucirá intimidante y romperás el miedo de pasar a la acción.
Con tu calendario en mano pon fechas para cada tarea. Y empieza la planificación de cada evento. Prepárate para los imprevistos, la flexibilidad también es parte del plan. Si necesitas ayuda, avísame.