La Semana Santa es la última semana de cuaresma, en el contexto religioso. Tiempo en el cual se sugiere la reflexión, ya que conmemora los momentos históricos de la pasión, muerte y resurrección de Cristo,
La pasión de Cristo se refiere a los acontecimientos antes de su muerte.
La resurrección significa volver a la vida alguien que murió, también significa renovación de algo que había disminuido o perdido su actividad. En el caso de Jesús, se refiere al revivir después de 3 días de morir en la cruz.
Así, nosotros en ocasiones dejamos que el amor de pareja y familiar pase por esos momentos de sufrimiento y creemos que murió.
Es cuando descuidamos a la pareja y/o familia, cuando no tomamos la decisión diariamente de resolver los conflictos que se presentan, de limar asperezas en función de mantener la unión. El amor no ha muerto, generalmente languidece pero no desaparece.
En esta Semana Santa sería interesante tomar diariamente unos minutos para los que tienen una relación sentimental, reflexionar acerca de su pareja y de la familia.
Revisar cómo se siente y cómo percibe que se sienten su pareja y/o sus hijos.
Descubrir qué se está haciendo o dejando de hacer para fortalecer la relación.
Reviva, renazca en el Domingo de Resurrección, retome acciones pasadas que beneficiaron a su relación de pareja y de familia, suspenda las actitudes y actividades que perciba como perjudiciales y resurja con nuevas ideas y prácticas que le permitan mayor plenitud en su vida individual, de pareja y familiar.