Santo Domingo.- Hoy se conmemora el 57 aniversario de la segunda ocupación estadounidense a la República Dominicana también conocida como “Operación Power Pack”, cuyo objetivo era que sus tropas invadieran nuevamente el territorio nacional para “salvar la vida de los norteamericanos en el país”.
El 28 de abril de 1965 el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, decidió intervenir militarmente a Quisqueya enviando alrededor de 42 mil marines a Santo Domingo, uniéndose más tarde, la primera brigada de la 82ª División Aerotransportada.
Johnson estaba convencido de la derrota de las fuerzas leales y por temor al surgimiento de «una segunda Cuba» en el Caribe, ordenó a las Fuerzas Armadas estadounidenses la restauración el orden.
Esta intervención se produjo en abierta violación a los principios de la Carta de las Naciones Unidas de la OEA y del Derecho Internacional.
Según el libro “Visión General de la Historia Dominicana” de los autores Valentina Peguero y Danilo Santos, el desembarque de los militares estadounidenses fue justificado por el Departamento de Estado para establecer “la restauración de la luz y el orden, la protección de las vidas de los norteamericanos y para evitar en lo posible, el triunfo de los comunistas”.
Esta segunda ocupación fue producto de una serie de acontecimientos que inician el 30 de mayo de 1961 con el asesinato del tirano Rafael Leónidas Trujillo.
Tras la muerte de Trujillo y la celebración de elecciones democráticas en 1962 donde resulta electo el presidente Juan Bosh, siete meses después, el 25 de septiembre de 1963 este fue víctima de un golpe de estado y salió al exilio.
El gobierno de Bosch fue sucedido por un triunvirato civil impuesto por las Fuerzas Armadas y la Policía.
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Para el 24 de abril de 1965 se produce la gesta donde se sublevaron dos guarniciones de las Fuerzas Armadas que querían restaurar el gobierno constitucional de Juan Bosch y se produjeron confrontaciones entre el bando militar que lo favorecía denominado “bando constitucionalista o rebelde” y el bando militar que había propiciado el golpe de estado llamado “bando leal”.
El coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó y el coronel Manuel Ramón Montes Arache, comandante del Cuerpo de Comandos de Hombres Ranas de la Marina de Guerra Dominicana, se constituyeron en líderes de los constitucionalistas.
Donald Reid Cabral, quién llegó en un momento a ser cabeza de la junta fue capturado en el palacio presidencial por las fuerzas rebeldes comandadas por Caamaño.
No obstante, el general Elías Wessin y Wessin, jefe de las Fuerzas Armadas, tomó la posición vacante que había dejado Reid, convirtiéndose en el jefe de facto del Estado.
El 27 de abril, la embajada de Estados Unidos acusó al Movimiento Revolucionario Constitucionalista, de estar infiltrado y orientado por los comunistas y como consecuencia, el entonces presidente José Rafael Molina Ureña y miembros de su gobierno se refugiaron y los Estados Unidos se dispusieron a ocupar el país.
Al momento de la intervención todos los asesores civiles habían estado en contra de la intervención inmediata, abrigando la esperanza de que la parte lealista pudiera poner fin a la guerra civil.
Sin embargo, el presidente Johnson siguió el consejo de su embajador en Santo Domingo, William Tapley Bennett, quien argumentó la ineficiencia y la indecisión de los líderes militares dominicanos.
Bennett sugirió que los EE.UU interpusieran sus fuerzas entre los rebeldes y los de la Junta y que aplicaran un alto el fuego. Luego, los Estados Unidos pidieron a la Organización de Estados Americanos (OEA) la negociación de un acuerdo político entre las facciones opuestas.
El 28 de abril, la Fuerza Aérea Dominicana reanudó el bombardeo en las posiciones rebeldes en Santo Domingo mientras por otro lado civiles armados rebeldes invadieron una estación de policía y ejecutaron a los policías.
De los 30,000 soldados, pilotos y policías dominicanos, al inicio de la guerra civil, el general Wessin y Wessin terminó teniendo bajo su mando a menos de 2,400 soldados y sólo 200 policías nacionales.
Un día después una flota de 41 buques fue enviada para bloquear la isla y de esta forma comenzó la invasión de infantes de marina y parte de la 82 ava División Aerotransportada.
Otras versiones afirman que la invasión se efectuó de forma unilateral y que los delegados de la OEA se enteraron de la invasión por radio y televisión luego del discurso de Johnson.
No obstante, poco después, los Estados Unidos junto con la OEA formaron una fuerza militar interamericana para la intervención en el país.
Los combates continuaron hasta el 31 de agosto de 1965, cuando se declaró una tregua aunque la mayoría de las tropas estadounidenses abandonaron después y las operaciones de mantenimiento de paz fueran entregadas a las tropas brasileñas.
Finalmente, la resistencia de civiles y militares contra la ocupación norteamericana se extendió por casi un año y medio, y en septiembre de 1966 se retiró la Primera Brigada, último remanente de las fuerzas de ocupación y con el acenso del Dr. Joaquín Balaguer a la presidencia el 1 de julio de ese mismo año.
Durante la intervención un total de 44 soldados estadounidenses murieron, de ellos 27 en acción y 172 fueron heridos en acción, del personal IAPF, 6 brasileños y 5 paraguayos resultaron heridos en acción.
Mientras que entre los dominicanos que fallecieron se estima que murieron entre 6,000 y 10,000 dominicanos, la mayoría civiles, aparte de las violaciones y atropellos que sufrió el pueblo dominicano.
*Artículo publicado originalmente en este medio el 28 de abril de 2016