¿Se resolvió el problema fronterizo?

¿Se resolvió el problema fronterizo?

¿Se resolvió el problema fronterizo?

Hace varias semanas que no se reportan escaramuzas fronterizas, ni flujos masivos de ilegales por la línea limítrofe, ni pronunciamientos altisonantes de los que temen invasiones pacíficas.

También se han aplacado los locales que ven en cada dominicano a un xenófobo esclavista y que solo les falta afirmar que ha visto dominicanos con haitianos en la boca.

Las discusiones por el tema migratorio, por el control fronterizo, por las acusaciones contra República Dominicana están, momentáneamente, aplacadas.

Pareciera que se resolvieron los problemas de la frontera, que el Ejército de repente cumple a cabalidad su trabajo y que el gobierno haitiano ha decidido asumir su responsabilidad de vigilar la frontera del lado occidental.

La realidad es que todo sigue igual, tan mal o tan bien como usted haya querido creer. No ha habido cambios ni para bien ni para mal.

Lo que en realidad ocurre es que se confirma que ese tema es traído a cuentas cada vez que algunos de los extremos tienen algún interés particular, ya sea tener sonido político o ser incluido en presupuestos foráneos.
Ahora el interés de esa gente, de los partidos y del Gobierno es discutir el tema de la reelección.

Unos para ver si la cuelan y otros para evitar que pase, pero ese tema ocupa la primacía y ha relegado todos los demás.

La frontera volverá a ser relevante en la medida en que reditúe políticamente o que empiecen a elaborarse los presupuestos en los que financian las ONGs.

Si se tuviera un interés real por el problema de la seguridad fronteriza, del control migratorio o por el bienestar de los vulnerables el tema hace rato que ya se hubiera abordado poniendo sobre la mesa todas las aristas para adoptar la mejor de las medidas posibles.