Los propietarios de equipos del béisbol profesional están que dan un ojo y la mitad del otro para que las autoridades sanitarias les permitan la asistencia de público a los estadios, conscientes de que ahí es donde se recauda un gran por ciento de los recursos económicos que arroja el campeonato.
Esos afanes no han encontrado respaldo debido a los contagios que se produjeron en Gigantes y Licey, que precisamente ayer reiniciaron.
No creo que los equipos logren ese objetivo, cuando en casi todos los países se anuncian rebrotes de covid-19, que según los informes, se incrementan en forma exponencial.
Aunque hay que admitir que el actual torneo se siente inodoro e incoloro, sin la presencia de aficionados, pero la vida está por encima de todo, y nadie quiere caer en el gancho de autorizar fanáticos, porque estoy seguro que en apenas horas, se producirían muchos contagios.
Lo que si hay que ponderar, es el excelente trabajo de los responsables de las transmisiones por televisión, que en poco tiempo han mejorado un mundo.
RADARES.- Un viejo refrán reza que “quien no tiene hechas no tiene sospechas”, por lo que mucha gente no debe estar asustada porlo que puede venir en los próximos días… Debido a la devaluación nunca antes vista por cualquier moneda en la historia del mundo, el torneo de béisbol venezolano, estará desprovisto de jugadores de por lo menos mediana cotización a nivel de Grandes Ligas. Para que tengan una idea, mientras un dolar estadounidense vale 58.30 pesos dominicanos, el bolívar se adquiere por 0.0001, una cifra extremadamente insignificante, irrizoria, ridícula…
La final de la Liga Dominicana de Fútbol será todo un espectáculo de primer nivel, entre la O&M y los Delfines del Este.