Su partida coincide con la muerte este 29 de diciembre de un monarca adorable y un representante de Pedro en la tierra, “el rey Pelé”, de Brasil, y el Papa Benedicto XVI. La vida de este adalid dominicano está imbricada, como todo un prohombre de nuestro terruño, con la historia, el nacimiento y crecimiento de las telecomunicaciones, especialmente de las radiocomunicaciones del país, que según había advertido, ha estado perdiendo terrenos a causa del avance de las tecnologías y del Internet.
Como ningún otro dominicano, vio nacer las radiocomunicaciones desde sus inicios analógicos y ha estado viviendo desde entonces todo su proceso de transformación hasta su estado actual de la era digital. Vio surgir el incipiente, pero pujante mundo de las redes 5G y la expectativa de la 6G, la cual ya se desarrolla su etapa experimental.
De padre de ascendencia francesa, nace en el Cibao, en Villa González, Santiago de los Caballeros. Pero se consideró, no obstante, un barahonero neto: “Mi nombre es Vinicio Lembert Fermín, nací en Villa González, Santiago, el 25 de marzo de 1935, aunque mi apellido paterno es de Barahona, mi padre, Efrain Lembert Matos, desciende de Quin Lembert y Cruz Matos y a su vez, el padre de Quin mi bisabuelo, era francés de raza blanca, que vino de Francia a trabajar en el ingenio azucarero de Barahona, que por los años 1860, tenía como accionistas mayoritarios a franceses y canadienses”.
Narra el propio Lembert Fermín que su padre Efraín emigró a Villa González donde se casó con Rita Fermín Mirabal, a quien describe como “una mujer blanca, bonita y fina”. Señaló que el traslado de la familia Lembert Matos de Barahona a Villa González se debió a una oferta de trabajo que recibió su tío Sócrates, un prestigioso contable de la época.
Su padre sufre desplante de María Montez
“En aquel momento para mi padre Efraín fue un poco triste, porque estaba terminando su bachillerato en Barahona y como joven muy apuesto, estaba conquistando los amoríos con su compañera de curso, María Montez, que al final prefirió dejarlo por un recién llegado gerente del Banco Canadiense, con el que se casó y pasó a vivir a la ciudad de Nueva York, donde fue trasladado su esposo, e inició su carrera de éxitos en el cine”, narró.
Pero mire como son las cosas de la vida, eso lo llevó a Villa González donde dijo éste conoció a su madre Rita (otra mujer “blanca, bonita y fina”) con la cual tuvo tres hijos, incluyéndolo a él que terminó siendo un estudiante meritorio que acumuló notas sobresalientes, saltó cursos y realizó sus estudios secundarios y la carrera de ingeniería en un tiempo récord.
“…pude presentar el segundo curso del bachillerato en el año escolar del 1953 y en las vacaciones con éxito el tercer teórico, terminando mi bachillerato en el Cuarto curso de matemáticas en el año 1954, cuando también me inscribí en el primer curso de ingeniería civil en la universidad, completando 8 cursos en 4 años, después que llegué a la capital desde Villa González, en un récord extraordinario que no ha logrado ningún otro estudiante de mi país…”.
Todo comenzó en base militar norteamericana
Después de terminar su carrera universitaria Lembert Fermin comenzó a estudiar meteorología en el Servicio Meteorológico Nacional, desde donde lo envían en 1955 a Estados Unidos a realizar un curso técnico de los sondeos termodinámicos de la atmósfera. “Cuando regresamos, éramos 4 dominicanos que fuimos a estudiar este curso, y se nos dijo que iríamos a Sabana de la Mar” a trabajar “en una base militar norteamericana y que allí era donde se iba a establecer la estación de radio sondeos de la atmosfera”.
Se trató de una base militar que Estados Unidos instaló en Sabana de la Mar y que estaba destinada para el lanzamiento de proyectiles dirigibles por parte de la potencia del Norte. Según explica el ingeniero Lembert Fermín esa base constituyó el germen que dio origen a las telecomunicaciones modernas en la República Dominicana.
“Estos misiles para el estudio de la atmósfera superior se comenzaron a lanzar verticalmente alcanzando altura de análisis de la atmósfera superior entre 70 y 100 kilómetros de altura, después de la investigación de esa altura se depende entonces de los sondeos termodinámicos de la atmósfera con radiosonda”, explicó el especialista en su libro “Trujillo y la base militar de Estados Unidos para proyectiles dirigibles de Sabana de la Mar 1951-1961 y las Telecomunicaciones en la República Dominicana”.
“Cuando regresé a Santo Domingo, después del cierre de la base militar de Sabana de la Mar, apliqué para un grupo de experimentadores voluntarios que solicitaba en 1962 la UIT, OMM y OACI vía Naciones Unidas, para intercambiar informaciones sobre satélites, propagación del espectro y diversas antenas
Asimilada esta valiosa experiencia en dicha base militar el experto en radiocomunicaciones formó parte del Grupo Global de Telecomunicaciones propiciado por la UIT en Ginebra que celebró un seminario que duró un mes y en el cual se “establecieron normas para circuitos de alta velocidad, satélites, fibra óptica, seguridad de la vida de los mares mediante las comunicaciones vía el satélite Marisat y la capacitación de los operadores de los centros de telecomunicaciones para tres niveles.
Aportes a las radiocomunicaciones
Los aportes del empresario e ingeniero Lembert Fermín a las radiocomunicaciones son incontables e invaluables. No solo hizo extraordinarias contribuciones a las radiocomunicaciones locales, sino que en su accionar enfrentó intereses que frenaron durante años el crecimiento de las telecomunicaciones en el país.
En sus aprestos, el experto logró que se desbloquearan las trabas para el surgimiento de nuevas empresas de telecomunicaciones, como fue el caso de TICOM, que era impedida de operar mediante subterfugios técnicos que aplicaba la otrora Compañía Dominicana de Teléfonos (CODETEL) lo que impedía la libre competencia de los servicios de telecomunicaciones en el país.
Resultó que CODETEL tenía la representación de la República Dominicana en el Consejo de Gobernadores de la empresa de servicios satelitales INTELSAT y desde esa posición, a la cual sacó grandes beneficios económicos que no se entregaron al país, impedía la operación de una nueva empresa que le haría competencia.
Explicó que la República Dominicana era el único Estado miembro de la INTELSAT que no estaba representado por el país, sino por una empresa privada extranjera, CODETEL, pese a que tuvo que aportar 50 mil dólares como inversión. Precisó que el INTELSAT como monopolio de los servicios satelitales generaba ganancias extraordinarias de 28%, utilidades que “eran calculadas en cientos de miles de dólares que CODETEL no devolvió. Luego,” tampoco VERIZON reportó al Estado dominicano los casi US$7, 000,000.00, de dólares que recibió en el año 2000, por la venta de INTELSAT a la empresa privada alemana Siemens”.
Otras gestiones del ingeniero Lembert Fermín a beneficio de las radiocomunicaciones fueron:
-Como presidente de ANERCOM, entidad empresarial o Asociación de Empresas de Radiocomunicaciones que gestionó los recursos para conseguirle pasaje y estadía en Ginebra a Leopoldo Núñez, entonces director general de Telecomunicaciones, para gestionar apoyo de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para preparar la Ley General de Telecomunicaciones número 153-98, todavía vigente.
-Trabajó en la preparación del reglamento de Telecable por el auge que estaban teniendo los sistemas de telecable en el país.
-Fungió como gerente de Radiodifusión del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel). Propuso como tal legalizar más de 50 emisoras y canales de TV de UHF que operaban con permisos ilegales que otorgaba directamente el fenecido presidente Joaquín Balaguer.
-A la par que el Consejo de Indotel procedió a perseguir las emisoras y televisoras ilegales con la Gerencia de Inspección, la de Radiodifusión que dirigía procedió a organizar los aspectos técnicos que exigía la nueva ley de telecomunicaciones.
-Realizó mediciones del espectro para emisoras y contribuyó en la instalación de canales de televisión en Santo Domingo y Santiago como fue el Canal 7 Cibao.
-Se esmeró en la capacitación de los técnicos del Indotel y en la adquisición de equipos de mediciones del espectro radioeléctrico.
-Trabajó en los primeros esfuerzos para traer al país la televisión digital.
-Contribuyó en los aspectos técnicos que permitieron al Canal 6 operar adyacente al Canal 5 sin que se registren interferencias, cosa que en un principio generó críticas, pero que después que se vio la efectividad de la medida se realizó también en Honduras.
-Fue de los pioneros en la instalación de proyectores de pantallas gigantes, llegando a proyectar eventos en el Madison de Nueva York, en Venezuela y en el país.
-Representó prestigiosas empresas extranjeras de venta de equipos de radiocomunicaciones, especialmente de Estados Unidos, y creó su propia empresa PASATDOM mediante la cual construyó cientos de torres y antenas para empresas como CODETEL, TRICOM y sistemas de cable que permiten la expansión del espectro radioeléctrico por todo el territorio nacional.
Estas son solo pinceladas de las grandes contribuciones que hizo el ingeniero Lembert Fermín para beneficio de las radiocomunicaciones y las telecomunicaciones del país. La sociedad dominicana tiene una gran deuda póstuma con Vinicio Lembert Fermín y sus descendientes.
Nosotros, sin mayores pretensiones, nos inclinamos reverente ante la grandeza de este hombre con quien tuve el privilegio de laborar en Indotel, y que fue no solo un científico afanoso de la radiocomunicación, sino que realizó además grandes aportes a la historia de esta disciplina y sobresalió como escritor, no solo de textos de carácter técnico, sino también románticos.
Un gesto invaluable de su personalidad fue su afán por transmitir a generaciones de técnicos y especialistas todo el caudal de conocimientos que había acumulado su privilegiada memoria. Paz a tu alma Don Vinicio, y solo esperamos que la sociedad dominicana valore más temprano que tarde tus valiosos aportes.
*El autor es periodista