Es imposible saber cuán genuinamente preocupado puede estar Donald Trump por la posibilidad de ir a prisión a causa de los delitos de los que ha sido acusado.
El expresidente de EE.UU. dice que podría enfrentarse a 561 años combinados de prisión «gracias a una caza de brujas de la izquierda«. Eso puede ser una exageración, pero si es condenado en cualquiera de los tres casos judiciales que enfrenta, es posible que reciba una sentencia de cárcel.
Entonces, aunque Trump no dice casi nada durante sus comparecencias ante la corte, es locuaz cuando apela al tribunal de la opinión pública.
El exmandatario busca el veredicto de decenas de millones de votantes en las urnas, no de un jurado de 12 en un tribunal.
El excongresista Will Hurd fue abucheado fuera del escenario en una cena republicana en Iowa la semana pasada cuando dijo que la única razón por la que Trump se postula para la Casa Blanca es para no ir a la cárcel.
¿Pero está Hurd completamente equivocado?
Un tema que moviliza
El expresidente está entretejiendo su campaña para la nominación republicana de cara a las elecciones de 2024 con sus problemas legales.
Trump utiliza los cargos en su contra como elemento de campaña. En los discursos, les dice a sus partidarios que él está siendo procesado porque el establishment, o el «deep State«, teme que sea reelegido como presidente.
Envía correos electrónicos de recaudación de fondos que dicen: «Si estas persecuciones ilegales tienen éxito, si se les permite prender fuego a la ley, entonces esto no se detendrá conmigo. Su control sobre USTEDES será incluso más estrecho».
Trump ya ha utilizado al menos US$40 millones en donaciones de campaña para pagar los honorarios de sus asesores legales.
También ha dejado en claro que ningún veredicto o sentencia detendrá su campaña, que seguirá postulándose para presidente tras las rejas de ser necesario.
Y que, si es elegido, usará el poder de su cargo para anular cualquier proceso en curso, e incluso podría perdonarse a sí mismo por alguna condena.
Pero tratar de escapar de sus problemas legales presentándose a la presidencia pasará a ser pronto una pesadilla.
Trump ya anunció un evento de campaña en New Hampshire para la próxima semana, muy lejos de la audiencia judicial que tendrá lugar en Florida dos días después.
Trump no tiene que presentarse en esa fecha para escuchar los cargos adicionales que se le han presentado en el caso de los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca.
Pero cuando comiencen los juicios en Nueva York en marzo de 2024, en Florida en mayo y en Washington en una fecha aún por determinar, se le pedirá que asista personalmente a los procesos judiciales.
Eso hará que sea difícil emprender la campaña electoral mientras dure el juicio, incluso para alguien con un avión privado a su disposición
Hasta ahora, en cada acusación en su contra Trump mejora en las encuestas y refuerza su control sobre el Partido Republicano.
La historia puede llegar a ser diferente cuando estemos en una elección general y, de ser candidato, Trump se postule contra Joe Biden en lugar de contra sus rivales por la nominación republicana.
Y cuando, al mismo tiempo, se esté presentando la evidencia contra Trump diariamente en la corte.
De todos modos, una vez más es el expresidente el que define los términos del debate público. Y está haciendo que todo gire sobre él.
¿Quién puede llegar a escuchar los debates sobre la política económica mientras la cabalgata del juicio de Trump está en la ciudad?