El acto reeleccionista del Partido Revolucionario Moderno, que fue disfrazado de una convención de delegados para modificar los estatutos internos y la reunión del Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) vienen a ser todos indicios claros de que el panorama electoral se avecina con toda fuerza para la definición de candidaturas y el espacio que buscará cada organización que aspira a participar en los comicios de 2024.
La intervención del presidente Luis Abinader en ese escenario de la convención del PRM fue la señal clara de que el mandatario está decidido a participar en el ruedo en busca de otro periodo en el Palacio Nacional, ya que desde la semana pasada tiene las puertas abiertas y los posibles aspirantes que tenía esa entidad política no tienen otra opción que abandonar sus aprestos para después de 2028.
Es decir, que el PRM ha sido contundente en su línea de enfrentamiento hacia los partidos de oposición, con la ventaja de que el mismo activismo de Abinader como mandatario constituye un proselitismo disfrazado que viene a consolidar su figura político-electoral, siempre y cuando no se transgreda lo establecido en las leyes Electoral y de Partidos Políticos.
Sin embargo, que Abinader sea el candidato presidencial del PRM -proclamado de manera indirecta- no es aval suficiente para que su militancia y seguidores presuman que ya tienen asegurado otro periodo de cuatro años, sino que habrá situaciones coyunturales que pudieran incidir en las perspectivas trazadas en este momento para retener el poder, como los impactos del petróleo y los niveles de inflación, así como la crisis de Haití, que serían ingredientes que dificultarían el accionar gubernamental con repercusiones en el campo político.
Este domingo el PLD ha decidido en una reunión de su Comité Político, a instancia de propuestas del Comité Político, delinear las pautas para la promoción de seis aspirantes presidenciales y así elegir al de mayor potencial para ganar en un proceso para el 16 de octubre, en virtud de que no puede perder tiempo en la redefinición de una figura que sirva de base institucional y política que garantice el retorno al poder en los venideros comicios.
Las circunstancias obligarán a que el expresidente Leonel Fernández active su estrategia, lo que calentará aún más el proselitismo y el enfrentamiento.