Los dramáticos cambios que viene proyectando las Grandes Ligas para la próxima temporada tienen a muchos en ascuas, al considerar que los mismos constituyen una verdadera transformación de ese deporte.
Hasta el momento hay muchas disparidades de criterios en torno a las nuevas reglas, que en el fondo constituyen una forma de acelerar los partidos.
No hay duda que el béisbol es una de las disciplinas que se considera más “aburrida”, por la cantidad de tiempo que dura un encuentro.
Permanecer más de tres horas y media, como promedio, presenciando un partido de béisbol es demasiado.
La utilización de un botón que permitirá a lanzadores enviar señales es el primer experimento, que comenzará el 24 de febrero cuando se ponga en marcha la pretemporada .
Otro experimento consiste en reducir los desplazamientos en el cuadro interior, y el de limitar los desplazamientos en el infield, que habían crecido exponencialmente y habían ocasionado en buena medida el descenso en los promedios de bateo a lo largo de las mayores.
Esta nueva regla obliga a que los cuatro jugadores del cuadro deben tener ambos pies al menos en el límite exterior del cuadro.
De acuerdo a las Grandes Ligas, el impacto no sólo estaría en el bateo, sino en la velocidad y agilidad, que serían más importantes para los peloteros de cuadro a fin de cubrir más terreno a la defensiva. Y esas son las exigencias, porque hay que atrapar la pelota y también batear.
Veremos muy pronto cuál será el resultado de estas reglamentaciones, porque hay otras que también serán implementadas en 2023.
Si es para mejorar y disminuir el tiempo de un partido, bienvenidas sean las nuevas reglas.