SANTO DOMINGO .-Hasta finales del siglo XX era fácil identificar una infidelidad; la mancha de lápiz labial en el cuello de la camisa o una carta con mensajes inapropiados en el bolsillo del pantalón eran las evidencias necesarias.
Sin embargo, en la era digital resulta cada vez más difícil detectarla, ya que los medios de comunicación tecnológicos se convierten en un terreno fértil para las infidelidades por la facilidad de ocultar cualquier rastro.
Nueva modalidad
En sociedades occidentales algunos todavía creen, que adulterio es tener un encuentro sexual físico con alguien que está fuera de la relación.
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Algo que contradice Neolfis de León Jiménez, máster en Sexología Clínica con estudios en Barcelona y Madrid, quien define una infidelidad virtual como el contacto oculto, pero muy íntimo de tipo sexual o emocional que hay entre uno de los cónyuges (que hizo un voto de exclusividad) y un tercero, a través de plataformas virtuales.
A su juicio este tipo de infidelidad afecta al cónyuge engañado de la misma forma que la tradicional, porque experimenta pérdida de confianza, culpabilidad y desvalorización. Asimismo, Juan Zapata, pastor asociado de la Asamblea de Dios Trinidad Divina, dice que la virtualidad no le quita lo desleal porque el infiel descuida su relación matrimonial por mantener contacto tecnológico con otro pasando por alto el daño emocional que ocasiona.
Sí, se crea vínculo
“Cuando tenía relaciones íntimas con mi esposo sentía que le era infiel a mi amante, aunque todavía no me había acostado con él. Con esa persona sentía cosas que con mi esposo no experimentaba y a veces incluso estando al lado de mi pareja, hablaba con él por WhatsApp”, confiesa Chantal (nombre ficticio) de 30 años, quien asegura que su relación virtual fue más sólida que la de su matrimonio.
Su caso parece irreal, pero es común en la generación millennials pues de acuerdo con estudios de la revista científica The Journal of Sex Investigation (El diario de investigación sexual), estas mujeres son más propensas a participar en infidelidades virtuales preferiblemente mediante plataformas que protejan su anonimato.
No obstante, aún así, se crea el vínculo con la otra persona.
De hecho, la relación cambia de virtual a física cuando la conexión ya es emocional y el deseo sexual es tan fuerte que motiva a los amantes virtuales a encontrarse “cara a cara”. Ahora bien, ¿por qué ante la sociedad la infidelidad femenina de cualquier tipo todavía es peor vista que la masculina ?
“Titi me preguntó”
El velo de la tierna inocencia de los niños se rasga una vez que adultos que ignoran cuánto pueden afectar a su desarrollo emocional ciertas cuestionantes, les preguntan, ¿cuántas novias tú tienes?
Esta interrogante sutilmente les induce a la infidelidad, algo impensable en el caso de las niñas, quienes están concebidas por una sociedad desigual y discriminatoria, a asumir una actitud permanente de fidelidad y pureza, según expone el sociólogo Celedonio Jiménez.
¿Los hombres pueden?
El 60 % de hombres entrevistados por EL DÍA con edades entre 40 a 60 años, no perdonarían una infidelidad virtual por considerarla una traición.
“No perdonaría esa clase de cosas aunque la distancia los separe, porque si estamos, entonces estamos, si no, pues no”, sostiene Roberto López, de 49 años.
En tanto que mujeres, el 65 % de las consultadas de 40 en adelante lo consideran como una falta al compromiso de exclusividad, pero sopesarían un perdón. Mientras que las de 20-35 dicen no tolerarían la acción porque la confianza fue traicionada.
El sociólogo Celedionio Jiménez expone que el resultado que arrojó la encuesta se debe a que las jóvenes habitualmente no están casadas y no tienen que confrontar circunstancias y necesidades vinculadas al bienestar de sus hijos. En cambio la terapeuta de pareja Neolfis de León dice que la opinión de las de mayor edad responde a un pensamiento culturalmente aceptado: “todos los hombres son infieles, por eso debes aguantar el cuerno”.
¿A quién afecta más?
De León explica que los hombres machistas sufren más una infidelidad por considerarla una afrenta, no importa la modalidad, y esto puede culminar en un femenicidio.
En el año 2021 las muertes violentas de mujeres aumentaron en un 7.46 %; justo cuando, según la psicóloga, las infidelidades virtuales aumentaron por el confinamiento. El 50.7 % de ellas fueron perpetradas por hombres que tenían o tuvieron alguna relación amorosa con la víctima, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.
El divorcio
Un proyecto de ley del senador Carlos Gómez busca derogar dos artículos de la Ley 1306 sobre el divorcio, que establecen particularidades como el tiempo en que una mujer divorciada puede volver a casarse y el plazo en el que se admite un divorcio.
Además de la modificación de estos artículos, la abogada Esther Jiménez sugiere que la normativa también incluya la infidelidad virtual como elemento de prueba y/o nueva modalidad de adulterio, debido a que en el momento en que esta ley se puso en ejecución (es del año 1937), no existían los avances tecnológicos en materia de comunicación que ahora existen, los cuales brindan herramientas que posibilitan la proliferación de las infidelidades por medios modernos.
Capacidad de aguante
— Miedo a la soledad
El sociólogo Celedonio Jiménez explica que a las mujeres que sobrepasan los 40 años de edad “no les es tan fácil reemplazar a sus maridos, de ahí su capacidad de aguante respecto a la infidelidad del esposo”.