Se avecinan cambios en Iglesia RD

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Santo Domingo.-La Iglesia católica dominicana está en el umbral de una gran renovación de su episcopado, ya que cinco de sus obispos, entre ellos cuatro titulares de diócesis, han cumplido la edad límite en la que el Derecho Canónico les exige poner su renuncia ante el Papa.

Entre los cuatro titulares cuyas cartas de renuncia ya están en poder del Vaticano están los dos arzobispos (el de Santo Domingo y el de Santiago), que es lo mismo que decir los dos cabeza de las provincias eclesiales dominicanas.

El viernes pasado el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón de la Rosa y Carpio cumplió los 75 años reglamentarios y él mismo reveló que ya había tramitado su carta de renuncia según manda el canon 401 del Derecho Canónico.

La disposición en cuestión reza: “Al obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”.

Sin embargo, el Papa tras recibir la carta de renuncia no está obligado a aceptarla de inmediato, por lo que el obispo en cuestión puede permanecer siendo titular más allá de la edad establecida para que presente la renuncia.

Eso es lo que ha ocurrido con el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo y quien presentó su renuncia en octubre de 2011, pero que por decisión tanto del papa emérito Benedicto XVI como por el actual papa Francisco ha permanecido al frente de la arquidiócesis de Santo Domingo y podría seguir mientras sea cardenal elector (hasta el 2016).

Los otros tres obispos que ya cumplieron 75 años y que por tanto presentaron sus cartas de renuncia ante el Vaticano son los titulares de las diócesis de Barahona, Rafael Felipe de la Rosa (76 años); de La Vega, Antonio Camilo (76 años), y el auxiliar de Santo Domingo, Amancio Escapa (76 años).

En el caso de los obispos auxiliares no es obligatoria la designación inmediata de sustitutos, pues estos suelen ser recomendados por los obispos titulares de las diócesis en las que servirán.

La cantidad de nuevos obispos titulares pudieran ser más si se materializan las propuestas de crear tres nuevas diócesis.

Sin embargo, la que se ve como más próxima a su materialización es la división de la arquidiócesis de Santo Domingo.
La Conferencia del Episcopado Dominicano también tiene muy avanzado el proyecto de creación de una nueva diócesis que incluiría las provincias Espaillat (actualmente de la arquidiócesis de Santiago) y Hermanas Mirabal (de la diócesis de La Vega), en igual tesitura está una eventual nueva demarcación que abarcaría a Samaná y Mao (de la diócesis de San Francisco de Macorís).

Es decir que el Vaticano tiene en carpeta la designación de entre cuatro y siete nuevos obispos titulares, dentro de una abundante cantera de sacerdotes, pero en la que se perfilan pocos “claros candidatos”.

¿Posibles sustitutos?

En el reordenamiento del tablero del episcopado dominicano podrían darse traslados de obispos titulares a diócesis más importantes, pero en todo caso hay que ascender a al menos cuatro sacerdotes a la categoría de obispos (podrían ser solo tres como titulares si se les encarga de algunas diócesis a uno de los dos obispos auxiliares que están por debajo de la edad límite.

Sobre el eventual próximo titular de la arquidiócesis de Santo Domingo existe la posibilidad de trasladar al obispo de Higüey y actual presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor Nicanor Peña, o al obispo de San Juan de la Maguana, José Dolores Grullón.

Sin embargo, en ambos casos se alejan sus posibilidades, ya que tienen 72 años y para cuando se produzca la aceptación de la renuncia de López Rodríguez podrían estar a punto de cumplir ellos también la edad de retiro.

Al mencionar posibles ocupantes de las diócesis titulares que vayan quedando vacantes necesariamente hay que iniciar con los obispos auxiliares. En el caso dominicano solo hay dos que aún tienen menos de 75 años.

Uno es el auxiliar de Santiago, Valentín Reynoso Hidalgo, cuyos 72 años de vida lo colocan al límite de la edad máxima establecida en el Derecho Canónico para las funciones y además desde hace años está aquejado de problemas de salud.

Queda entonces el auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo, Víctor Masalles, el benjamín del Episcopado Dominicano, con 53 años de haber nacido en Barcelona (España).

La edad podría actuar en su contra, pues se estaría frente a una posible gestión de al menos 20 años.

En adición muchos sacerdotes de esta demarcación que han sido sus compañeros de clero estiman que mantiene una relación algo distante con ellos.

En ese sentido, Víctor Masalles podría ir a ocupar la titularidad de una de las diócesis del interior o seguir ganando experiencia en la arquidiócesis de Santo Domingo, donde podría designarse un nuevo arzobispo que por razones de edad pudiera ser una especie de “arzobispo de transición”.

Uno de los sacerdotes que se tiene como con el perfil elaborado para ser obispo titular de una diócesis es el sacerdote vegano Benito Ángeles, exsecretario general de la Conferencia y exrector de la Universidad Tecnológica del Cibao. Actualmente es director de comunicaciones de la arquidiócesis de Santo Domingo.

En igual renglón están los sacerdotes Francisco Jiménez, actual rector del Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino, y Carmelo Santana, secretario general de la Conferencia del Episcopado Dominicano, ambos tienen el visto bueno de la mayoría de los obispos y además con una regia formación.

En el clero local también se habla del padre Abrahán Apolinario, de la parroquia Santo Cura de Ars, en Capotillo. Por primera vez suena con esas posibilidades debido fundamentalmente a que fue el primero al que el nuevo nuncio apostólico, el africano Tadeus Okolo, le aceptó una invitación para celebrar una eucaristía, en la cual hubo una gran presencia de migrantes haitianos. No queda fuera el canciller de la arquidiócesis de Santo Domingo, padre Gerardo Ramírez Paniagua.

Dos religiosos

Dos sacerdotes dominicanos que actualmente están de servicio en Roma, ocupando posiciones en la dirección mundial de sus respectivas congregaciones, son vistos con muchas posibilidades de ser nombrados obispos .

Uno de ellos es el padre Rafael Rodríguez, llamado a Roma por los misioneros del Sagrado Corazón de Jesús para trabajar desde la Administración General de la congregación a la que pertenece.

El otro es el salesiano padre José Pastor Ramírez, un vegano que ha sido inspector de las Antillas de la Congregación Salesiana y que está en Roma como Consejero en la cúpula mundial de esa congregación.