SEUL, Corea del Sur. — La crisis de Samsung con su teléfono Galaxy Note 7 se agudizó el lunes al confirmar la empresa que ajustó su producción tras recibir informes de que las nuevas versiones ofrecidas para reemplazar los celulares propensos a incendiarse también se recalientan hasta prenderse fuego.
La compañía no confirmó ni negó un informe de la agencia norcoreana Yonhap de que ha suspendido la producción de los teléfonos.
En una declaración y un comunicado a las autoridades reguladoras, Samsung Electronics dijo que está ajustando “temporariamente” los plazos y el volumen de producción para “garantizar aspectos de calidad y seguridad”.
Añadió que emitirá una actualización cuando disponga de nuevos detalles. Antes de conocerse los informes de una suspensión de la producción, los telefónicas estadounidenses AT&T y T-Mobile habían optado por suspender la entrega de los Note 7 a los clientes. Samsung y las autoridades estadounidenses investigan numerosas denuncias de nuevos Note 7 que se prenden fuego.
En un caso, un smartphone Samsung que empezó a echar humo obligó a suspender un vuelo de Southwest Airlines en Kentucky y evacuar a los pasajeros.
La Comisión de Seguridad de los Productos de Consumidor de Estados Unidos investiga el incidente.
El cambio en la producción indica que Samsung aguarda nuevos problemas mientras aguarda que las autoridades estadounidenses investiguen los teléfonos de reemplazo. Había prometido que los nuevos Note 7 con ícono de batería verde eran seguros.
Las denuncias de los teléfonos de reemplazo que estallan en llamas generan dudas sobre si la batería era el único problema, como ha dicho Samsung.
El 2 de septiembre, al emitir un aviso global de retiro, la empresa atribuyó el problema a las baterías de uno de sus dos proveedores y aseguró a los consumidores que no había problemas con el resto de los aparatos.