La expresienta de Costa Rica Laura Chinchilla, electa ayer miembro del Comité Olímpico Internacional, pronunció unas palabras que le, caen como anillo al dedo a las organizaciones deportivas, repletas desde hace muchos años por elementos tóxicos que en nada han contribuido a l desarrollo de esta noble causa.
Tras su elección, sus palabras fueron las siguientes: “Me conmueve tener esta oportunidad, la de servir a algo que es mucho más que el olimpismo internacional, es el impulso de valores que están detrás del deporte en un momento en que el mundo pareciera necesitar de ellos”.
Las palabras de esta destacada mujer centroamericana no tienen desperdicios, porque la realidad es que el deporte ha estado y continúa plagado de “dirigentes” que han avergonzado al mundo con todo tipo de actos de dolo, corrupción y otros desmanes, a pesar de que se “pintaban” como “corderitos”.
Si las principales instituciones deportivas, como el Comité Olímpico Internacional (COI), la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), por solo citar dos, no se deshacen de todo tipo de “desperdicios”, el desorden seguirá desacreditando esta actividad en general.
Los pedidos de “higienización” de los estamentos deportivos a nivel mundial deben ser una muestra de que el dolo, la corrupción y los sobornos no seguirán pasando sin ningún tipo de consecuencias.
El sometimiento de muchos dirigentes deportivos de diferentes países por parte de la justicia estadounidense, muchos de ellos ya condenados a prisión, es una muestra fehaciente de que no se puede seguir con el jueguito “de amagar y no dar”, y que por mucho que se quieran tapar los hechos no se pueden ocultar dando un “pellizquito y mandarse a juir”.