Satisfacción del deber cumplido

El tiempo es un dictador al que es imposible ganarle la batalla, es una especie de ordenador que se impone bajo sus dictámenes bajo cualquier circunstancias, sin tomar en consideración las aspiraciones de la humanidad.

Esa ha sido la realidad que durante siglos se ha venido registrando sin prisa ni pausa.
Y hablo del tiempo, para recordarle a aquellos que tratan de ignorarlo, sobre como se impone en forma arbitraria e injustificada, sin poder hacerlo retroceder ni un ápice.

Como el que no quiere las cosas, hace más de dos décadas, para ser más explícito, 23 años, comenzó el proyecto de este periódico, bajo la dirección del inolvidable Rafael Molina Morillo, un verdadero portento del periodismo latinoamericano.

Tras su lamentable fallecimiento, hemos estado bajo la tutela de José P. Monegro, un joven a quien conocí hace casi 40 años en la redacciñon de Listín Diario.

Con Monegro, como líder, hemos estado batallando para estar acorde a los avances y cambios insospechados que ha venido experimentado el periodismo en todas sus vertientes.

En esos 23 años que cumple mañana El Día, he tenido la suerte desempeñando las funciones de Editor Deportivo, de tener como compañeros a Lady Reyes, Carlos de Vargas, Juan Mercado , Cristina Liriano, Fausto Polanco, Franklin Puello y Rafael García Romero, todos miembros del equipo inicial.

Pero en ese lapso, también hemos compartido funciones con otros excelentes colegas como Justo de la Cruz, Bienvenido Carmona, Alipio Mota Nina, Érika Rodríguez, Senabri Silvestre, esta ultima lamentablemente ida a destiempo.

En síntesis, hemos vivido en estos 23 años, momentos transcendentales en el ejercicio del periodistico, una labor que me enorgullece<.