Santo Domingo vista desde las alturas
La ciudad de Santo Domingo, capital dominicana, situada en una envidiable y estratégica ubicación, en la margen occidental en la desembocadura del río Ozama. Más resaltante aún: en el litoral meridional de la isla La Hispaniola, bañada por el mar Caribe. Impresionante observar esta metrópoli en vistas de imágenes satelitales.
Imágenes desde el satélite muestran atractivas edificaciones que apuntan al cielo, con elevaciones en algunos casos de hasta 38 y 41 pisos (de 130 y 178 metros hacia arriba), avenidas relumbrantes con su intenso y caótico tráfico, incluidas las de entrada y salida a la ciudad, lo mismo que sectores residenciales de portento y clase media, disímiles barrios populosos, mayormente hacia las partes norte y este de la Capital.
La Capital, que se ubica en las coordenadas 18°30′00″Norte y 69°59′00″ Oeste, en su límite sur destaca la inmensidad de intenso azul, con el trepidante rumor de las olas del mar Caribe. Una vista de la ciudad desde lo alto vale más que toda explicación, o descripción.

Por demás, un paseo en helicóptero o avioneta es un atractivo para conocer en detalles la capital dominicana. Hacer turismo desde las alturas es una práctica que está en auge.
Al norte y noreste se divisan los ríos Ozama e Isabela, serpenteando sus trayectos, siempre con alta carga contaminante, y cruzados por ocho puentes. Al sureste la Zona Colonial, en la que resaltan la Catedral, el Alcázar, la Zona Intramuros y el vetusto puerto sobre el Ozama.
Resaltan enormes “paños verdes” o pulmones naturales, casos del Jardín Botánico, los parques Mirador Sur e Iberoamérica. En el límite norte, bordeando el río Isabela, ya en zona del municipio Santo Domingo Norte, se sitúa el parque Mirador Norte. También, se divisan calles forradas de árboles. La fauna encuentra refugio en esos lugares a través de bandadas de pericos, rolitas, ciguas palmeras.
El Centro Olímpico, Palacio Nacional, la Plaza de la Cultura, el estadio Quisqueya, el Parque Zoológico, los cementerios Cristo Redentor y Nacional de la avenida Máximo Gómez son puntos de referencia de esta urbe, cuya población sobrepasa el millón de habitantes, diseminados en 67 sectores entremezclados por poblaciones de status alto, medio, bajo y muy bajo en esa geografía.
También, con uso de dron, desde menos de 300 metros arriba se divisan amplias zonas de la cinco veces centenaria ciudad de Santo Domingo, el mayor centro financiero, comercial, industrial, cultural y político de República Dominicana.
Según el censo de 2020, la densidad poblacional arroja 11,380 habitantes por km2 para el Distrito Nacional, que quedó con una extensión de 91.58 kilómetros cuadrados tras crearse por Ley 163-01, promulgada el 16 de octubre de 2001, la cual creó la provincia Santo Domingo.
Santo Domingo es un transitar cotidiano y permanente de gente. Alrededor de 75 mil viajeros llegan a diario al Distrito Nacional desde las distintas regiones, distribuidos (en promedio) 31 mil del norte, 24 mil del sur y 19,600 del este.
La ciudad, con todas sus dificultades y responsabilidades cotidianas, crece en todas dimensiones. Cada vez hay más exigencias por servicios de electricidad, de agua, recogida de basura, seguridad, etc.
La producción actual de agua potable es de 447 millones de galones por día, mientras que la demanda de la población es de 360 millones de galones, dato que aporta la Caasd, para añadir que se invertirán US$1,478 millones en tres proyectos de mejoría del acueducto.
Paneles solares se divisan en techos de edificios, casas y establecimientos de todo tipo. Hoteles, centros de diversión y una amplia variedad de restaurantes con especialidad en comida criolla, mexicana, china, italiana, española francesa y japonesa.
Vehículos de todas las condiciones y gama: Camiones, patanas, furgones, jeepetas, carros, autobuses, minibuses, motocicletas se divisan cual cajitas rodantes u hormigas que van y vienen, cual arterias desparramadas en organismo viviente.
Todo un enmarañado en disímiles direcciones que van y vienen de este a oeste y viceversa, norte a sur y viceversa, diagonales, paralelas, perpendiculares, con su largo etcétera.
A la distancia, se divisan las grúas-torre, extendiendo la urbe en su verticalidad, muestra de que el crecimiento vertical no se detiene.
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