Santana no era dominicano, murió siendo español

Santana no era dominicano, murió siendo español

Santana no era dominicano,  murió siendo español

Rafael Chaljub Mejìa

La más reciente obra del general José Miguel Soto Jiménez, Machete, carajo, trae de nuevo al debate si los restos del general Pedro Santana deben o no permanecer en el Panteón Nacional, en vez de ser enviados al zafacón de la historia, a donde con mucha contundencia lo mandó el periodista Fausto Rosario en la exposición que hizo en el acto de puesta en circulación de la precitada obra del general Soto.

Defender la permanencia de los restos de Santana en el Panteón Nacional no tiene base, por una causa fundamental. Ese monumento es para próceres dominicanos y el general Santana dejó de ser dominicano y murió como español.

Se dirá que el pecado de matricularse como ciudadano español fue común a muchos dominicanos. Incluso, uno de los padres de la patria, como Ramón Matías Mella adoptó temporalmente la ciudadanía española. Cabe aclarar que matricularse como español ante el cónsul Antonio María Segovia, era un recurso usado por muchos antisantanistas para protegerse de las arbitrariedades del déspota que acostumbra a mandar a sus opositores al paredón.

Santana, el vendedor de la República, se hizo español, peleó contra los dominicanos y murió el 14 de junio de 1864, como español comprometido en la lucha contra la restauración de la independencia dominicana y defendiendo a España.

Mella lavó su mancha al renunciar en carta pública a la ciudadanía española, y peleando en la guerra de Restauración junto a los patriotas. Otros, que habían aceptado la anexión e incluso sirvieron a los ocupantes aun cuando la guerra de Restauración estaba en marcha, como Gaspar Polanco, sin necesidad de carta pública, hablaron con el filo de sus machetes libertadores en los campos de batalla. Hasta el otro vende patria, Buenaventura Báez, oportunista como siempre, renunció a la ciudadanía española y al título de mariscal de campo que ostentaba, cuando vio que España iba a perder la guerra.

Santana, no. Este renunció a ser dominicano, peleó por España, conservó los títulos con que España lo recompensó. Solo renunció al cargo de capitán general en que fue nombrado. Luego, Marqués de las Carreras, teniente general, senador del Reino español, condecorado con las Grandes Cruces de Carlos Tercero e Isabel la Católica. Entonces: ¿que busca este español recalcitrante en una bóveda del Panteón Nacional, donde por demás, están varias de las víctimas que hizo ejecutar como él mismo lo había decretado: “A verdad sabida y buena fe guardada”?



Rafael Chaljub Mejía

Columnista de El Día. Dirigente político y escritor.