Berlín.- La tecnológica coreana Samsung presentó hoy en Berlín su nuevo reloj inteligente, el Gear S3, circular y en acero, que se asemeja exteriormente a los tradicionales pero da un paso más -si bien no espectacular- en desarrollo tecnológico.
El anuncio tuvo lugar dos días antes de que arranque la IFA de Berlín, una de las mayores ferias de tecnología de consumo del mundo, en lo que se ha convertido ya en un aperitivo clásico de este encuentro, donde muchas grandes marcas desvelan sus novedades.
El gran objetivo en el desarrollo del Gear S3 ha sido conseguir que, a un primer golpe de vista, el dispositivo parezca un reloj normal, por diseño y apariencia, guardando proporciones similares a las de los tradicionales.
Además, la pantalla, de 1,3 pulgadas de diámetro y 278 píxeles por pulgada, permanece permanentemente encendida, a diferencia de versiones previas, para contribuir también a ese aspecto.
No obstante, el interior incorpora elementos de los más completos “smartphone” (teléfono inteligente), de bluetooth a sistemas de pago inalámbrico NFC y MTS, pasando por la conexión LTE, altímetro, velocímetro, girómetro y GPS.
La compañía asegura además que este nuevo reloj inteligente, que funciona con el sistema operativo propio de Samsung, el tizen, tiene 4 GB de memoria interna y 768 MB de memoria RAM, aguanta entre tres y cuatro días con una carga de su batería de 380mAh.
Entre las aplicaciones más útiles del Gear S3, la compañía destacó en la presentación la posibilidad de escuchar música en streaming, la de realizar llamadas telefónicas, la de controlar el tablero de ciertos vehículos e, incluso, la de mandar mensajes de SOS en casos de emergencia.
El nuevo dispositivo, que es resistente al agua y al polvo, se comercializará en dos acabados, uno deportivo y otro clásico, y contará con una veintena de correas y con unos mil diseños descargables para el interior de la esfera.
La presentación, en la que no se desvelaron ni los precios ni la fecha de lanzamiento del Gear S3, destacó además por ser la primera vez en Berlín en que Samsung tan sólo presenta una novedad y que, además, ya había sido parcialmente desvelada.
La IFA es una de la citas tecnológicas más importantes del mundo, junto al CES de Las Vegas y al Mobile World Congress de Barcelona, y generó el año pasado un volumen de negocio de 4.350 millones de euros (4.856 millones de dólares), según las cifras de la organización.
La presente edición, marcando dos nuevos récords, contará con unos 1.800 expositores, lo que supone un aumento del 13 % con respecto al año pasado, mientras que el área de exposición se expenderá hasta los 158.000 metros cuadrados, un 5 % más.
Los teléfonos inteligentes son uno de los segmentos con más atractivo de la feria, que también destaca este año los electrodomésticos inteligentes, los aparatos de realidad virtual, las impresoras de 3D y los dispositivos portátiles inteligentes.