Francys Sandoval, con sólo 13 años, es comprensiblemente tímida durante una entrevista por Zoom para hablar de su carrera en el béisbol. Se sienta junto con su papá, Francisco — ex lanzador de Ligas Menores de los Expos — con la gorra casi cubriéndole los ojos. Sonríe cuando se le pregunta qué se siente al ponchar a un niño que pensó que no podía ser ponchado por una niña. En realidad, nunca menciona sus actuaciones dominantes a nivel internacional, donde ha deslumbrado al público con una electrizante recta de entre 70 y 75 millas por hora.
Pero hay algo de la que la adolescente venezolana está segura. Una pregunta que no duda en responder. Su objetivo final en un deporte que nunca ha tenido a alguien como ella en su nivel más alto.
“Las Grandes Ligas”, dice Francys mientras el rosto se le ilumina en la pantalla.
Francys empezó a jugar béisbol cuando era pequeña. Tuvo algunos buenos modelos a seguir.
Su papá, Francisco, lanzó cinco años para el equipo de la Liga Paralela de los Navegantes del Magallanes y dos en las Menores para Montreal, llegando a Clase-A. Su tío, Daniel, jugó un par de temporadas en las Menores con los Tigres. Su familia también proviene de Valencia, Venezuela, una ciudad rica en peloteros. Es el mismo lugar en que Félix Hernández fue descubierto lanzando rectas de 90 mph cuando era un adolescente y Salvador Pérez se puso por primera vez un guante de receptor en su mano izquierda.
“Sí, desde que tenía 3 años, mi papá siempre estaba en el terreno”, me dijo Francys recientemente. “Fue entonces cuando empecé a jugar”.
Y durante gran parte de esos primeros años y todavía ahora, ella era la única muchacha en sus equipos en Venezuela. Nunca se interesó por el sóftbol; simplemente prefería la competencia, la acción de ritmo rápido y el desafío de ser diferente a todos los demás en el diamante.
“Siempre fui muy feliz (jugando béisbol)”, siguió Francys. “Es impresionante. (Una niña jugando) no es algo que se ve todos los días”.
Desde lanzar pelotas por el pasillo de su sala casi antes de que pudiera correr hasta ser la estrella de su selección nacional, Francys ha tenido 10 años bastante impresionantes.
Ayudó a su país a conseguir un récord de 7-2 y una medalla de bronce en la Copa Mundial de Béisbol Sub-12 de la WBSC del 2023, lanzando un juego completo ante Australia. Ponchó a ocho en cuatro entradas, permitiendo dos carreras y cuatro hits. En Taiwán, la sede del torneo, estaban maravillados con ella.
Ha ganado premios de Jugadora Más Valiosa, honores de Atleta del Año y otros reconocimientos en Valencia.
Y no pienses que solamente porque sea lanzadora, no pueda también conectar jonrones.
El fantástico apodo de “Princesa del Béisbol” surgió durante una apertura suya en México, donde ayudó a su selección nacional Sub-12 a completar una gran remontada sobre la República Dominicana. Francys entró al relevo y ponchó a seis en 5.1 innings, permitiendo cuatro rayitas limpias en un triunfo por 12-10.
“Lo dijeron los narradores del sistema de sonido interno del estadio”, recordó.
Ahora se usa en casi todas las historias escritas sobre ella. La propia Francys publica el apodo en las redes sociales y usa aretes en forma de tiara en cada juego.
La parada más reciente de la Princesa fue una muy importante: Su equipo venezolano de 11 a 13 años ganó la Serie Mundial de Pequeñas Ligas Intermedia en California este verano, el primer conjunto latinoamericano en llevarse el título. Se abrieron camino en cuatro partidos del grupo internacional, ganando con un marcador combinado de 37-3 con tres blanqueadas. Y luego superaron a Hawái por 12-7 a principios de agosto para convertirse en campeones. Francys, una de las dos niñas en el torneo, ganó tres de los cinco duelos para su escuadra. Lanzó un total de 10 entradas, permitiendo seis hits y tres carreras limpias, mientras ponchaba a ocho. Venció a México en la final internacional y permitió apenas dos carreras en cuatro episodios en la final mundial.
“Ella ha sufrido por años porque la ponían a jugar contra los niños, diciendo que debería simplemente jugar contra las niñas”, le contó su papá, Francisco, a The Independent después del encuentro. “Pero creo que ha demostrado antes, y especialmente aquí, que está exactamente donde se supone que debe estar”.
“La gente se emocionaba cuando me veía lanzando”, rememoró Francys sobre las multitudes en California. “Me encanta ese tipo de reacción del público”.
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Sandoval afirma que la recta de su hija a veces puede alcanzar las 76 mph, más rápido que las 70 mph de Mo’Ne Davis hace 10 años y a la par de algunos de los mejores lanzadores de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas este año. Le encanta su curva, pero también lanza slider, sinker y cambio.
En general, disfruta mucho ponchar a un bateador del sexo opuesto, particularmente aquellos que creen que ella no debe estar en el mismo terreno que ellos.
“Eso se siente muy bien”, aseguró Francys. “De esa manera, las niñas pueden mostrar que también pueden jugar béisbol”.
