¡San Abel!

¡San Abel!

¡San Abel!

José Báez Guerrero

No deseaba referirme a la pena que me causó ver hace unos días a Danilo Medina, impedido de volver a la Presidencia, al ejercer su padrinazgo de Abel Martínez, alcalde de Santiago, como candidato presidencial del PLD, arengando a los peledeístas.

Dijo que, si sienten por él algún agradecimiento, deben creer en Abel, aunque nunca lo vean, desafortunadamente comparando su retraimiento con la invisibilidad y ubicuidad divina de Dios.

Se que fue un comentario de buena fe como cuando Danilo bautizó a Gonzalo Castillo como “penco”, apodo que él mismo se empeñó en merecer pese a que muchos lo apoyamos.

Como si fuese un deja vu, horas después de su divinización simbólica, Abel produjo su primer milagro. Dijo que “vamos a preparar más de cien millones de tareas (62,800 kilómetros cuadrados) para que el dominicano pueda cultivar y los productos lleguen a buen precio”.

El país tiene 48,442 km2, de los cuales según el Banco Mundial son cultivables sólo 8,816 km2, el 18.2 %. Las focas aplauden sin preguntar dónde están los restantes inexistentes 53,984 km2, área ilusoria mayor que el territorio nacional, pero sospecho que del Vaticano vienen a investigarlo.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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