Sammy Sosa fue un jugador muy carismático en las Mayores. AP
Chicago.-La falta de candidatos de peso hará que los jugadores que han sido marginados por supuestamente consumir esteroides mejoren en las próximas votaciones para el Salón de la Fama de Cooperstown.
Incluso muchos analistas señalan que Barry Bonds, Roger Clemens y Curt Schilling lograrán convertirse en inmortales en su penúltima oportunidad en la boleta.
También será una oportunidad para el dominicano Sammy Sosa mejorar en las votaciones, donde el año pasado apenas recibió un 13.9%.
Los números de Sosa están ahí. Terminó su carrera con 609 jonrones, la novena mayor cantidad en la historia de las Grandes Ligas. Sus 545 bambinazos con Chicago Cubs son el tope en la historia del club, y sigue siendo el único ligamayorista con al menos tres temporadas de 60 o más vuelacercas.
En 1998, Sosa se embarcó en una famosa batalla de jonrones con Mark McGwire de los Cardenales, en busca de la vieja marca de 61 jonrones de Roger Maris. McGwire terminó con 70, Sosa con 66 y el poderoso dúo despertó el interés de la nación en el juego con sus cañonazos.
McGwire se quedó con el récord, pero Sosa se alzó con el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional ese año.
Entre 1998 y 2001, Sosa bateó .310 con 1.058 de OPS y un promedio de 61 jonrones y 149 empujadas por temporadas. Fue siete veces al Juego de Estrellas, ganó seis Bates de Plata y estableció una cantidad de récords para la franquicia de los Cachorros.
