Recordando que la salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. La sexualidad del adulto mayor está influenciada por cambios fisiológicos, psicosociales y ambientales.
Mientras más se conozcan y acepten estos cambios, más placentera y saludable serán su sexualidad y su vida sexual, ya que estos cambios aparecen junto al proceso natural de envejecimiento.
En la mujer, la grasa corporal cambia centrándose más en abdomen y parte superior de espalda. Siendo que la parte inferior por ejemplo, muslos y piernas adelgazan.
Desde la menopausia (cese de la menstruación), van disminuyendo en gran cantidad estrógenos y la progesterona, lo que provoca drásticos cambios en la vagina de la mujer que se va atrofiando y resecando cada vez más acompañada de disminución del moco cervical, el cual se vuelve más espeso. Esto puede provocar molestias o dolor al coito.
También el clítoris y los labios menores disminuyen de tamaño así como los ovarios, se atrofia la endometrio y la vagina se acorta.
En el hombre, por la disminución gradual de testosterona, los testículos se hacen más pequeños y se tornan más flácidos.
La cantidad de líquido seminal disminuye y se torna menos viscoso, los espermatozoides disminuyen, la fuerza de la eyaculación es menor y el periodo refractario (tiempo de espera entre una eyaculación y la próxima erección), se hace más corto.
Las erecciones no son tan frecuentes y fuertes como en edades menores.
Aceptar y manejar estos cambios promete experiencias sexuales placenteras como a cualquier edad.