Al casarme hace casi cuatro décadas, mis amigos se burlaban diciéndome que escogí a mi esposa, que es psicóloga, para ahorrarme las consultas. Comparto con ella su pasión por los temas de su profesión.
Quizás por eso, me alegró enterarme que el Ministerio de Salud Pública opera una línea telefónica de consulta y ayuda gratuita, a la que añadieron 18 psicólogos para sumar 36 especialistas.
Según el registro de su servicio, de 6,400 llamadas, el 57% corresponde a personas que dicen estar tristes, 51% dice padecer angustia, 48% ansiedad, 41% insomnio y 17% falta de apetito. Evidentemente hay pacientes con más de un síntoma, pues esos porcentajes sobrepasan 100 por mucho y la información no dice en cuánto tiempo fueron esas llamadas.
En países más desarrollados hay servicios similares para prevención de suicidios y otras emergencias, pero me parece que una única consulta telefónica no resuelve mucho para quienes requieren atención psicológica o psiquiátrica.
Ojalá este reconocimiento de la importancia de la salud mental continúe para incluir en los seguros los medicamentos de uso continuo imprescindibles para muchísimas situaciones de este tipo.