El deporte como una actividad universal, con una tremenda incidencia en todos los aspectos, siempre ha sido utilizado para sacar provecho político y económico de los triunfos o derrotas en los diversos escenarios.
Dos ejemplos, aunque con dimensiones muy diferentes, pero al que los políticos le sacan máximo provecho, lo observamos en estos momentos producto de las tensas relaciones entre Rusia y Estados Unidos.
El apresamiento y condena ayer a nueve años de prisión de la baloncestista estadounidense Brittney Griner por un tribunal en Moscú, ha despertado sentimientos y emociones que se han generado desde la Casa Blanca, hasta el mismo corazón del Kremlin.
Esto ha generado una situación bastante tensa ,en la que esta famosa deportista aparenta ser el centro del volcán, pero que el caso ha sido tomado como pretexto para tapar otras serias contradicciones en el juego de la geopolítica.
El otro caso, pero en el plano local, lo produjeron las denuncias de “maltratos” que realizó Marileidy Paulino, que han desbordado pasiones, más que deportivas, de aspecto político.
Ello así, porque a muchos les interesa que se produzca un resquebrajamiento en las relaciones atletas-Miderec, bajo el argumento de que las políticas que ha ejecutado esta administración han sido un verdadero fracaso, lo que a la postre se vería como un fracaso de la política deportiva del presidente Abinader, que en el fondo es el principal objetivo a lograr.
Definitivamente, no hay nada al azar, todo se planifica con el objetivo de sacar provecho a la más pequeña pifia que pudiese cometer.
Y el apoyo de muchos que nunca se han interesado en los deportes, a las denuncias de Marileidy, es una sólida muestra de oportunismo.