El cuerpo del opositor ruso Alexei Navalny ha sido entregado a su madre más de una semana después de su muerte, según ha informado una portavoz del político.
La noticia se conoce después de que las autoridades pidieran a la progenitora que aceptara un entierro «secreto» o sería sepultado dentro de la colonia penitenciaria en la que murió la semana pasada a los 47 años.
En una publicación en X (antiguo Twitter), la portavoz de Navalny, Kira Yarmysh, ha dado la gracias a todos aquellos que exigieron la devolución del cadáver.
«El funeral aún no se ha celebrado», escribió.
«No sabemos si las autoridades interferirán en la manera en la que la familia lo quiere llevar a cabo y que Alexei merece», agregó.
Navalny falleció el pasado 16 de febrero en una prisión rusa del círculo polar ártico.
Según el Servicio Penitenciario Federal el político murió después de sentirse mal tras una caminata y “perder el conocimiento casi de inmediato”.
Su madre, Lyudmila, pasó la última semana en la ciudad cercana a la prisión donde falleció, tratando primero de confirmar la ubicación de su cuerpo y luego exigiendo que se lo devolvieran.
Después de firmar un certificado de defunción que señalaba que había muerto por causas naturales, las autoridades dieron a la mujer tres horas para aceptar un funeral «secreto» para su hijo.
Si no estaba de acuerdo, Navalny sería enterrado en los terrenos de la prisión donde murió, aseguró Yarmysh que le dijeron a la madre del opositor.
Al parecer, Lyudmila se negó, a pesar de ello, a negociar con las autoridades.
Este sábado, la viuda del opositor, Yulia Navalnaya, acusó a Vladimir Putin de mantener secuestrado el cuerpo de su difunto marido y exigió su liberación sin condiciones.
En un nuevo video publicado en Youtube, la viuda cuestionó también la fe cristiana de Putin: «ya sabíamos que la fe de Putin era falsa, pero ahora lo vemos más claro que antes. Ningún cristiano verdadero haría lo que está haciendo Putin con el cuerpo de Alexei».
Navalnaya volvió a acusar al presidente ruso de estar detrás de la muerte de su marido.
«Lo torturaste vivo y ahora sigues torturándolo muerto. Te burlas de los restos de los muertos», denunció la mujer.
El Kremlin ha negado las acusaciones y ha calificado la reacción de Occidente por la muerte del opositor de «histérica».
Los detalles sobre lo que le sucedió siguen siendo escasos. Su equipo ha ofrecido a funcionarios de seguridad una recompensa de US$22.000 dólares y ayuda para salir de Rusia a cambio de información sobre su muerte en prisión.
Alexei Navalny fue, durante años, el opositor más destacado al líder ruso.
En agosto de 2020, el exlíder de la oposición fue envenenado con el agente nervioso Novichok por un equipo de los servicios secretos rusos.
El político fue transportado en avión a Alemania, donde pudo recuperarse para regresar de nuevo a Rusia en enero de 2021, donde fue encarcelado.
Su estado se había deteriorado durante los tres años que pasó en prisión, donde se quejó de que se le había negado tratamiento médico y había pasado casi 300 días en régimen de aislamiento.
En diciembre había sido trasladado a la colonia penitenciaria IK-3, conocida popularmente como «Lobo Polar», una de las prisiones más septentrionales y más duras de Rusia.
Aun así, parecía estar relativamente bien de humor y de salud en un video judicial filmado un día antes de su muerte.
Los intentos de conmemorar su muerte se han topado con una dura respuesta por parte de las autoridades rusas, que ha dejado cientos de detenidos.