La tensión entre Estados Unidos y Rusia crece por la posibilidad de un ataque en Siria.
El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, advirtió el miércoles que no se podía descartar la posibilidad de un conflicto armado entre su país y Estados Unidos, si Washington decide lanzar un ataque contra Siria.
«No podemos excluir ninguna posibilidad, lamentablemente, porque hemos visto mensajes bélicos salir desde Washington», afirmó el diplomático ante periodistas en la sede de la ONU.
Y este jueves el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró que su país tenía «pruebas irrefutables» de que el presunto ataque con armas químicas al que EE.UU. prometió responder era un montaje de agentes extranjeros.
«Los servicios secretos de cierto estado que está a la cabeza de una campaña rusofóbica estuvieron involucrados en el montaje de este evento», aseguró Lavrov, sin dar nombres ni detalles sobre las supuestas pruebas.
Un grupo de investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas se dirige a la zona de Guta Oriental para buscar evidencia sobre el supuesto ataque y se espera que lleguen el sábado.
Rusia también convocó a una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este viernes.
El jueves, el embajador Nebenzia dijo que «la prioridad inmediata es evitar el riesgo de guerra».
También aseguró que se debería negociar y buscar una solución acordada, pero ratificó que su país respondería por la fuerza ante una eventual intervención de Estados Unidos en el conflicto de Siria.
El Kremlin, por su parte, anunció que estableció un enlace de comunicaciones de crisis con la Casa Blanca para evitar «un choque accidental» entre los dos países, mientras agencias rusas informaron que el Ministerio de Defensa movió varios buques de guerra de puertos sirios ante la posibilidad de bombardeos.
Pero ¿cuál es el origen de la preocupación por una eventual guerra entre las dos potencias?
Las trompetas de la guerra
La preocupación por un posible enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos revivió desde el miércoles, cuando el presidente Donald Trump dijo que Moscú debía «prepararse» porque los misiles que caerían sobre Siria serían «bonitos, nuevos e inteligentes».
Desde hace días, Washington valora una respuesta militar contra el gobierno de Bashar al Asad, luego del supuesto ataque con armas químicas contra la población civil de Duma que tuvo lugar el pasado 7 de abril.
Las armas químicas están prohibidas por las leyes internacionales y en varias ocasiones el gobierno sirio ha sido acusado de utilizarlas en las ciudades tomadas por los rebeldes durante el conflicto interno que lleva más de siete años.
Damasco y Moscú niegan el uso de estas armas y la atribuyen a campañas de Occidente para justificar una eventual intervención en el país del Oriente Próximo.
Aunque en un inicio Trump anunció que tomaría medidas ante el supuesto ataque a más tardar en 48 horas, el mandatario y sus asesores de seguridad nacional se reunieron nuevamente este jueves para discutir la eventual respuesta, aunque no se tomó una decisión final, según anunció la Casa Blanca.
«Seguimos evaluando opciones de inteligencia y estamos involucrados en conversaciones con nuestros socios y aliados», indicó el comunicado.
De hecho, según informó en un comunicado la oficina del número 10 de Downing Street, la primera ministra británica, Theresa May, se comunicó este jueves por teléfono con su par estadounidense y ambos coincidieron «en la necesidad de disuadir el uso posterior de armas químicas por parte del régimen de Assad».
Francia, por su parte, aseguró que tenía evidencias de que el gobierno sirio llevó a cabo el ataque cerca de Damasco y anunció que también valorará acciones cuando terminen las investigaciones.
«Tenemos pruebas de que la semana pasada (…) se usaron armas químicas, al menos con cloro, y que fueron utilizadas por el régimen de Bashar al Assad», aseguró el presidente Emmanuel Macron, sin ofrecer detalles de ninguna evidencia.
El secretario de Defensa de EE.UU., Jim Mattis, por su parte, alertó ante el Congreso que una potencial acción contra Damasco podría desencadenar «una escalada fuera de control» por lo que dijo que una de sus mayores preocupaciones es evitar que esto ocurra.
Más temprano, en Twitter, Trump suavizó también sus declaraciones sobre una eventual acción militar.
«Nunca se dijo cuándo se produciría un ataque a Siria. ¡Podría ser muy pronto o no tan pronto!», escribió.
El origen de las tensiones
Las tensiones crecieron luego de que diversas fuentes reportaran el pasado sábado un ataque con armas químicas en la ciudad de Douma.
Según Estados Unidos y sus aliados, fue el propio gobierno de Al Asad quien utilizó los gases para recuperar la ciudad de los rebeldes.
Mientras, Rusia, Irán y el gobierno de Damasco lo atribuyen a los rebeldes y a maniobras de Washington para intervenir en ese país del Oriente Próximo.
Un equipo de expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas llegó este jueves a Siria para investigar lo sucedido y comenzará sus operaciones sobre el terreno el próximo sábado, según informó en un comunicado la agencia con sede en Holanda.
Se desconoce si Estados Unidos y sus aliados esperarían los resultados de la investigación antes de tomar una decisión sobre un posible ataque.
Mientras, Rusia anunció que desplegó un equipo de su policía militar en Douma como «garantes de la ley y el orden en la ciudad» tras la toma de la ciudad que estaba en posesión de los rebeldes.