Parecía que las selecciones de Sudamérica llegaban con fuerza al Mundial de Rusia 2018, decididas a ser protagonistas como sucedió hace cuatro años en Brasil.
Los resultados previos durante el proceso de preparación hacían presagiar lo mejor para el debut mundialista. También inspiraba confianza la clasificación que publica mensualmente la FIFA.
Todas -Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay- se encuentran entre las 20 mejores del mundo y sus rivales para la primera ronda de partidos de la fase de grupos estaban por debajo en el ranking del organismo rector del fútbol.
Pero la realidad resultó de lo más decepcionante, hasta el punto que desde hace 44 años que cuatro selecciones sudamericanas no lograban ganar su primer partido en un Mundial.
El único triunfo en Rusia hasta ahora fue el conseguido agónicamente por Uruguay frente a Egipto, gracias a un gol en el minuto 88 de José María Giménez.
El resto ha sido una suma de tropiezos, que en algunos casos hace temer por su futuro en el Mundial.
Alemania 1974
Sólo en el Mundial de Alemania 1974 el panorama fue peor que en Rusia, ya que ninguna de las selecciones pudo conseguir la victoria.
Brasil, como campeona del momento, empató sin goles el partido inaugural contra Yugoslavia.
Al día siguiente Chile perdió contra el país anfitrión por el gol de Paul Breitner, mientras que Uruguay y Argentina fueron sorprendidas por las selecciones que terminaron siendo las grandes revelaciones del torneo: Holanda y Polonia.
Esos resultados sin embargo no causaron tanta sorpresas ya que lo que hicieron fue confirmar en ese momento una tendencia que se venía marcando desde el primer mundial en 1930.
Las selecciones sudamericanas suelen rendir más cuando la Copa del Mundo se juega de ese lado del Atlántico y sufren más cuando el torneo se disputa en territorio europeo.
En casa
Es verdad que las únicas dos veces que Sudamérica terminó invicta después del debut de todos sus representantes desde el Mundial de Alemania fue en Argentina en 1978 y México en 1986.
También que hace cuatro años en Brasil hasta cuatro de sus representantes sumaron un triunfo.
Pero no se puede justificar lo que está pasando en Rusia en el simple hecho que se encuentra en Europa más allá de los números que muestran las estadísticas.
Si bien en España en 1982 solo Brasil fue capaz de ganar en su primer partido, las cosas han ido cambiando con el paso del tiempo.
En Italia 90 la única que cayó derrotada fue Argentina en el partido inaugural, mientras que en Francia en 1998 solo fue Colombia la que perdió en su debut.
Tampoco les fue mal a los conjuntos sudamericanos en Alemania 2006, donde sumaron tres victorias y una derrota (Paraguay).
¿Presión?
Es evidente que los resultados no fueron los esperados ante las expectativas generadas de antemano.
Tal vez sea esa presión añadida por lograr «un buen mundial» que se percibe en cada uno de los países en sudamericanos la que haya influido en sus rendimientos.
Por historia Brasil y Argentina tienen la obligación de pelear por el título, mientras que en Uruguay y Colombia muchos están convencidos que cuentan con capacidad para llegar lejos, tal vez hasta semifinales.
Incluso en Perú, que juega su primer mundial en 36 años, tienen la confianza, o tenían, de superar la primera fase.
El problema es que tras los resultados adversos esa presión se siente aún mayor y tanto la blanquirroja como la selección cafetera ahora están obligadas a conseguir los tres puntos frente a los que en teoría son los rivales más fuertes de sus respectivos grupos: Francia y Polonia.
El caso de la Albiceleste y la Canarinha es diferente, ya que pese a los empates contra Islandia y Suiza, ambas siguen siendo favoritas para llegar hasta los octavos de final.
Puede que el mal comienzo en Rusia sólo sea circunstancial y que el camino se enderece en lo que queda de la primera fase, pero ya no hay margen de error si se aspira a repetir lo que ocurrió hace cuatro años en Brasil, donde cinco de los seis representantes superaron la fase de grupos.
Ahora sólo queda esperar.