Washington.- El secretario de Estado Marco Rubio se mostró esperanzado pero claro sobre los desafíos que enfrentan los esfuerzos de paz del gobierno de Trump entre Rusia y Ucrania e Israel y Hamas y defendió la creciente presión militar estadounidense sobre Venezuela durante una maratónica conferencia de prensa de fin de año el viernes.
En un intercambio informal con la prensa que duró más de dos horas, Rubio no ofreció predicciones sobre el momento oportuno ni el éxito en ninguno de esos tres temas. También se mostró orgulloso de la reforma radical de la asistencia exterior del presidente Donald Trump y de que la administración estaba trabajando para alcanzar un alto el fuego humanitario en Sudán a tiempo para el nuevo año.
La inusual y prolongada aparición de Rubio en la sala de prensa del Departamento de Estado coincidió con la celebración en Miami de reuniones clave sobre Gaza y Rusia-Ucrania el viernes y el sábado, tras un año tumultuoso en la política exterior estadounidense.
Rubio ha asumido el rol adicional de asesor de seguridad nacional y se ha consolidado como un firme defensor de las prioridades de Trump de "Estados Unidos Primero" en temas que abarcan desde restricciones de visados hasta una reestructuración de la burocracia del Departamento de Estado.
Se prevén conversaciones sobre Ucrania y Gaza
Rubio habló sobre los esfuerzos de paz mientras funcionarios de seguridad nacional de Gran Bretaña, Francia y Alemania participaban en conversaciones en Florida con el principal negociador de Ucrania, Rustem Umerov, y los enviados Steve Witkoff y Jared Kushner para discutir la última versión de la propuesta de paz entre Ucrania y Rusia de Trump.
Un funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad del asunto, dijo que Witkoff y Kushner, quien es yerno de Trump, también se reunirían el viernes con funcionarios egipcios, turcos y qataríes para conversar sobre cómo llegar a la siguiente fase del plan de Trump para poner fin a la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
El plan de alto el fuego de Trump para Gaza ha avanzado lentamente desde su anuncio en octubre. Funcionarios estadounidenses han presionado para implementarlo mediante la creación de una "Junta de Paz" que supervisaría el territorio tras dos años de guerra y crearía una fuerza internacional de estabilización que vigilaría la zona.
"Creo que les debemos algunas respuestas más antes de llegar a ese punto", dijo Rubio al ser preguntado sobre las contribuciones a la fuerza de estabilización. Tras establecer la Junta de Paz y un grupo tecnocrático palestino para gobernar Gaza, "eso nos permitirá consolidar la fuerza de estabilización, incluyendo cómo se financiará, cuáles son las reglas de enfrentamiento y cuál será su papel en la desmilitarización".
En un torbellino de diplomacia, Witkoff y Kushner también se reunirán el sábado en Miami con Kirill Dmitriev, asesor del presidente ruso Vladimir Putin, según informaron las autoridades. Rubio, quien pasará las fiestas en su casa de Florida, dijo que probablemente asistirá a la reunión.
Pero afirmó que no habrá acuerdo de paz a menos que tanto Ucrania como Rusia acepten los términos, lo que imposibilita que Estados Unidos imponga un acuerdo a nadie. En cambio, Estados Unidos intenta "averiguar si podemos impulsar a ambas partes hacia un acuerdo común".
“Entendemos que no habrá un acuerdo a menos que ambas partes tengan que ceder y ambas partes tengan que recibir”, dijo Rubio. “Ambas partes tendrán que hacer concesiones para llegar a un acuerdo. Puede que no haya acuerdo. Puede que no haya acuerdo. Es lamentable”.
La propuesta estadounidense ha pasado por numerosas versiones, con Trump oscilando entre ofrecer apoyo y aliento a Ucrania y luego aparentemente simpatizar con la línea dura de Putin, presionando al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que acepte concesiones territoriales. Kiev ha rechazado dicha concesión a cambio de garantías de seguridad destinadas a proteger a Ucrania de futuras incursiones rusas.
Rubio defiende la política de EE.UU. hacia Venezuela
En cuanto a Venezuela, Rubio ha sido uno de los principales impulsores de las operaciones militares contra presuntos buques narcotraficantes, atacados en el mar Caribe y el océano Pacífico oriental desde principios de septiembre. Estas acciones han incrementado la presión sobre el presidente izquierdista venezolano, Nicolás Maduro, quien ha sido acusado de narcoterrorismo en Estados Unidos.
Rubio defendió las prerrogativas de Trump sobre Venezuela y afirmó que la administración cree que «no ha sucedido nada que nos obligue a notificar al Congreso, obtener su aprobación o cruzar el umbral de la guerra». Añadió: «Tenemos opiniones jurídicas muy sólidas».
En una entrevista con NBC News el viernes, Trump no descartó una guerra con Venezuela . Rubio y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, han mantenido públicamente que las operaciones actuales están dirigidas contra narcoterroristas que intentan contrabandear drogas letales a Estados Unidos. Maduro ha insistido en que el verdadero propósito es obligarlo a dejar el cargo.
Rubio eludió una pregunta directa sobre si Estados Unidos quiere “un cambio de régimen en 2026” en el país sudamericano.
“Tenemos un régimen ilegítimo que coopera con Irán, que coopera con Hezbolá, que coopera con el narcotráfico y las organizaciones narcoterroristas”, dijo Rubio, “lo que incluye no solo proteger sus cargamentos y permitirles operar con impunidad, sino también permitir que algunos de ellos controlen territorio”.
Otros esfuerzos de paz en riesgo
Trump ha expresado su deseo de ser recordado como un "pacificador", pero los ceses del fuego que su administración ayudó a forjar ya están en problemas debido a la reanudación de las acciones militares entre Camboya y Tailandia, así como entre Ruanda y el Congo. Rubio, sin embargo, afirmó que esos acuerdos crearon una lista de compromisos que ahora pueden utilizarse para impulsar a las partes a reconciliarse.
“Esos compromisos hoy no se están cumpliendo”, dijo Rubio sobre el conflicto entre Tailandia y Camboya, que ahora amenaza con reavivarse tras los ataques aéreos tailandeses . “El trabajo ahora es volver a ponerlos sobre la mesa”.
A diferencia de sus predecesores, que a menudo limitaban las preguntas a sólo cuatro, Rubio respondió a las consultas, incluidas algunas en español, de casi todos los periodistas sentados en la sala de prensa de 59 asientos, que no se ha utilizado desde que el Departamento de Estado puso fin a sus conferencias de prensa dos veces por semana en agosto.
Desde que asumió el cargo, Rubio ha actuado con rapidez para implementar la agenda de Trump de "Estados Unidos Primero", contribuyendo al desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y reduciendo el tamaño del cuerpo diplomático mediante una importante reorganización. Administraciones anteriores han distribuido miles de millones de dólares en asistencia exterior durante las últimas cinco décadas a través de USAID.
Los críticos han dicho que la decisión de eliminar USAID y recortar el gasto en ayuda exterior ha costado vidas en el extranjero , aunque Rubio y otros lo han negado, señalando las operaciones de socorro en casos de desastre en curso en Filipinas, el Caribe y otros lugares, junto con nuevos pactos de salud globales que se están firmando con países que anteriormente tenían programas administrados por USAID.
“Tenemos una cantidad limitada de dinero que podemos destinar a la ayuda exterior y la asistencia humanitaria”, dijo Rubio. “Y eso debe aplicarse de manera que promueva nuestro interés nacional”.
